Recientemente hemos tenido conocimiento del curso que lleva por título Auschwitz/Gaza A testing ground for comparative literatura que se impartirá en la Universidad de Santiago.
Quisiéramos trasladarles el carácter antisemita al establecer un paralelismo entre ambas realidades, la de un campo de exterminio en el que fueron asesinadas un millón de personas, en su mayoría judíos, junto con homosexuales, gitanos, opositores y prisioneros políticos. Las víctimas fueron deportadas desde todos los confines de Europa con la única finalidad de ser exterminadas, en el plan conocido como la solución final que pretendía eliminar a toda la población judía de Europa. Un plan sistemático de exterminio con una planificación programada, decidida y fríamente ejecutada por el régimen nacional
socialista.
Cámaras de gas, ejecuciones masivas, torturas indecibles y experimentos médicos aberrantes, perfectamente documentados, a través de las voces de las víctimas supervivientes, de ese horror sin precedentes en la historia de la humanidad. El Holocausto fue la consecuencia directa del antisemitismo ancestral que por siglos ha agredido, degradado, discriminado, expulsado y asesinado en progromos inhumanos a nuestros conciudadanos judíos.
Establecer un paralelismo con el conflicto de Oriente Medio entre Árabes e Israelies, supone no solo una falsedad sino una humillación a las víctimas del Holocausto. En este caso no hay un exterminio programado sino un conflicto entre un grupo terrorista y un Estado legítimo, que además es la única democracia en la zona. Por supuesto que cualquier posición crítica contra violaciones de derechos humanos de palestinos o de israelíes, es una obligación moral, y quizás uno de los caminos para deslegitimar la acción terrorista de Hamas, y propiciar el camino hacia una reconciliación y convivencia en paz entre vecinos. Pero la ofensa antisemita es inadmisible en España y en Europa, dónde la protección de la memoria y dignidad de las víctimas del Holocausto, se hace mediante legislación penal , contra la trivialziación, la banalización y la negación del Holocausto.
La Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto (IHRA) define el antisemitismo como sigue: «El antisemitismo es una cierta percepción de los judíos que puede expresarse como el odio a los judíos.
Las manifestaciones físicas y retóricas del antisemitismo se dirigen a las personas judías o no judías y/o a sus bienes, a las instituciones de las comunidades judías y a sus lugares de culto». Y al respecto introduce varios ejemplos que interesantes en relación con el caso que nos ocupa:
Las manifestaciones pueden incluir ataques contra el Estado de Israel, concebido como una colectividad judía. Sin embargo, las críticas contra Israel, similares a las dirigidas contra cualquier otro país no pueden considerarse antisemitismo.
Aplicar un doble rasero al pedir a Israel un comportamiento no esperado ni exigido a ningún otro país democrático,. denegar a los judíos su derecho a la autodeterminación, por ejemplo, alegando que la existencia de un Estado de Israel es un empeño racista, Establecer comparaciones entre la política actual de Israel y la de los nazis,
Esta última resulta esclarecedora en relación al título de este curso pues es lo que el título hace sin matiz alguno.
La Unión Europea, y el gobierno de España reconocen este documento como la definición de trabajo de Antisemitismo.
Por tanto, les sugerimos una mayor ecuanimidad en temas tan sensibles como la memoria del Holocausto, el conflicto de oriente medio, y el antisemitismo
Esteban Ibarra
Presidente Movimiento contra la Intolerancia
Valentin González
Presidente Red Europea contra los Crímenes de Odio
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