La situación social, cuya diversidad humana es una realidad, sufre por la mundialización de actos de intolerancia y por la normalización del odio al diferente, como refleja en las redes sociales, La intolerancia representa no solo una amenaza para todas las personas y regiones planetarias, sino que concreta hechos criminales que en diferentes países se vienen a denominar “crímenes de odio”. Este es un concepto descriptivo, fenomenológico, holístico y de trabajo que se determina e interpreta según el ordenamiento jurídico de cada país pero que en general, refiere a la afectación directa y al daño a la dignidad intrínseca de las personas, a sus derechos fundamentales, a la convivencia y a la cohesión social democrática. Indudablemente es un ataque al corazón de los Derechos Humanos.