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martes, 9 de diciembre de 2014

BESOS CONTRA LA HOMOFOBIA

La expulsión de dos gais provoca una rebelión en un ‘burger’

Protesta contra la expulsión de una pareja de chicos en el Burger King de la Plaza 
de los Cubos de Madrid el sábado 6 de diciembre. / DANIEL OCHOA DE OLZA  ( AP )



“Eran las 9.30 o las 10 de la noche”. Jaime (nombre ficticio) no recuerda la hora exacta. Lo que no ha olvidado, ni cree que consiga olvidar, son las palabras del encargado de seguridad del Burger King de la plaza de los Cubos, en el centro de la capital, donde estaba cenando con su novio el pasado 29 de noviembre. “Nos dijo que esas cosas no se podían hacer así. Que había niños delante”. Y les pidió que se fueran.


El guardia se refería a los besos de la pareja de 19 y 18 años, que habían provocado las quejas de dos familias por dar “mal ejemplo” a sus hijos. “Nos quedamos descolocados”, recuerda Jaime. Nunca había vivido una situación de discriminación como aquella y no supo reaccionar. El matrimonio que estaba sentado detrás de ellos intentó defenderlos. “Nos dijeron que no nos moviéramos, que teníamos derecho a estar allí”, cuenta el joven. Las familias que habían protestado se enzarzaron con los defensores. “Dijeron que sus hijos no tenían por qué ver eso”. Al final, los chicos se fueron. No querían “montarla”.


El engranaje de las redes sociales se puso en marcha. Y una semana después del incidente, el sábado pasado, se reunieron decenas de parejas del mismo sexo en la hamburguesería para protestar contra la homofobia haciendo lo mismo que los chicos expulsados: besarse. Los empleados del local respondieron con aplausos. Burger King asegura en su página de Facebook que “el responsable de seguridad actuó de manera independiente”. Garantiza que “tiene una política de cero tolerancia para cualquier tipo de discriminación y, al tener constancia de los hechos sucedidos, ha tomado medidas inmediatas para abordar el incidente”. No concreta, sin embargo, las medidas adoptadas.


Este no es un hecho aislado. Las agresiones homófobas, físicas y verbales, han aumentado en los últimos años, según los colectivos gais, que piden una ley específica, similar a la aprobada recientemente en Cataluña, que incluye multas de hasta 140.000 euros.


El año pasado se registraron 38 agresiones de este tipo en Madrid, según el programa de atención a homosexuales de la Comunidad. Esta cifra se superó este año en verano, según Rubén López, secretario de relaciones institucionales de Arcópoli, asociación de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales de las Universidades Politécnica y Complutense. El problema es que muchos de los ataques pasan inadvertidos porque las víctimas prefieren no denunciar. “La mayoría no han salido del armario y no quieren que se enteren sus familiares o amigos”, explica López, quien asegura que “cada semana llega a la asociación algún caso de acoso”. El último que trascendió a los medios ocurrió en septiembre. Dos jóvenes apalearon a una pareja de chicos que salía de una discoteca del distrito de Moncloa, al grito de “fuera de aquí, maricones”.


“Necesitamos una ley que anime a denunciar. El 90% se calla porque piensan que no va a servir para nada”, afirma López. La Consejería de Asuntos Sociales asegura que “siempre ha condenado estas agresiones”, pero no revela su postura sobre la propuesta de ley de las asociaciones. María Espinosa, portavoz de IU en temas LGTB (Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales), considera que la norma debería poner el foco en la prevención. “Lo más importante es la educación en los colegios para evitar la discriminación"



lunes, 6 de octubre de 2014

Cataluña se dota de una pionera ley integral contra la homofobia

TONI SUST 03/10/2014
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Version en PDF de la noticia, página 87
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Cataluña cuenta desde hoy con la primera ley integral del mundo, o la más integral por lo menos, contra la homofobia. La aprobó ayer el Parlament y contiene varios elementos decisivos, entre los que destaca por encima del resto un régimen sancionador, que prevé multas e inhabilitación. Esa es la gran diferencia con otras normas que se quedan en las buenas intenciones. También figura en ella la inversión de carga de prueba, que en determinados supuestos obliga al denunciado a demostrar que no ha discriminado al denunciante. Es algo que no afecta a denuncias entre personas en el ámbito penal o en el de las sanciones previstas en la ley, sino en el civil, que ya se aplica en España en ámbitos como el laboral y que está respaldado por una directiva europea.
La ley de derechos de las personas gais, lesbianas, bisexuales, y transexuales y para la erradicación de la homofobia, la lesbofobia y la transfobia, según su denominación entera, protegerá de forma expresa los derechos de la comunidad LGTB y supone dar respuesta a una reclamación histórica de un colectivo que hace apenas tres décadas se veía en posición de ir a la cárcel por la condición sexual de sus integrantes.
Cuenta Francesc Jaurena, jurista y uno de los redactores de la ley, que en otras comunidades autónomas u otros países existen elementos de esta norma, pero no juntos en una de carácter integral, como esta. Que podría ser más integral, prosigue: la oficina que debe velar por el cumplimiento de la ley estará bajo el paraguas institucional de la Generalitat de Cataluña, que no es lo más idóneo si debe juzgarla por un hecho presuntamente homófobo. En puridad, debería ser independiente. Pero es una laguna que Jaurena ve como el mal menor de un triunfo.
La ley alude a todos los ámbitos, del laboral al sanitario pasando por el educativo, y el régimen sancionador define infracciones leves, graves y muy graves, sancionadas económicamente con multas de unos 500 euros como mínimo a más de 5.000 euros. También se prevé sancionar con la prohibición de recibir ayudas y subvenciones hasta cinco años y con la de ser contratado por la Generalitat hasta tres años.
LAS EXCEPCIONES // Casi todos los grupos convirtieron sus turnos en un mensajes de reconocimiento al colectivo LGTB y al resto de parlamentarios que han participado en la elaboración de la norma. Las excepciones fueron el PP y Unió. Unió quiso marcar distancias con el PP y explicó que estaba en desacuerdo con el régimen sancionador, la inversión de la carga de prueba y la previsión de difundir contenidos relacionados con el colectivo LGTB en el sistema educativo. En estos tres aspectos votó en contra. H