El 30 de julio de 1749 se produjo uno de los hechos históricos más lamentables de la historia de España, el intento de exterminio de los gitanos y las gitanas españoles conocido como La Gran Redada.
Los planes fueron iniciados por el obispo de Oviedo, Vázquez Tablada y continuados y ejecutados por el Marqués de la Ensenada, con la autorización del rey Fernando VI.
Se distribuyeron minuciosas instrucciones para los oficiales de cada ciudad y se ordenó su apertura el 29 de julio. Las órdenes instaban a detener a todos los gitanos y gitanas, y se llevaron a cabo en todo el territorio español. Este episodio pasará a la historia como La Gran Redada y supuso la detención de más de 10.000 gitanos y gitanas. Se hicieron dos grupos tras las detenciones, los hombres apresados fueron enviados a trabajos forzados en los arsenales de la Marina y las mujeres y los niños a cárceles o fábricas.
La meticulosa organización de los arrestos contrasta con la imprevisión y el caos en que se convirtió el traslado y el alojamiento, sobre todo en las etapas intermedias de los viajes. Se reunió a los gitanos en castillos y alcazabas, e incluso se vaciaron y cercaron barrios de algunas ciudades para alojar a los deportados (por ejemplo, en Málaga). Ya en su destino, las condiciones de hacinamiento resultaron ser especialmente terribles, pues por lo general incluían el uso de grilletes. La envergadura del proyecto de “exterminio” se mostró muy por encima de los medios disponibles en aquella época, ya que se carecía de los necesarios recursos económicos y humanos para completarlo.
Estos encarcelamientos duraron hasta 1765. Durante esos años muchos gitanos y gitanas fallecieron por las condiciones insalubres de las prisiones y la dureza de los trabajos forzosos. La Gran Redada dejó profundas secuelas en la memoria del pueblo gitano. Lamentablemente, y a pesar de su gravedad, hoy en día sigue siendo un episodio poco conocido, que no aparece en los manuales sobre la historia de España.
Desde la Fundación Secretariado Gitano queremos recordar a todas las víctimas de La Gran Redada y honrar su memoria.