martes, 14 de noviembre de 2017

IN MEMORIAM DE LUCRECIA PÉREZ

25 ANIVERSARIO DEL PRIMER CRIMEN DE ODIO RACISTA

En el aniversario del asesinato de Lucrecia Pérez Matos, queremos recordar a esta víctima y a los casi un centenar de fallecidos desde esa época hasta hoy por Crímenes de Odio. Hace ya 25 años de aquel crimen racista, que además de la vida de Lucrecia, dejó a otra víctima, uno de sus compañeros dominicanos, Cesar Augusto Vargas quedó muy mal herido tras recibir varios disparos realizados por un grupo neonazi perteneciente  a la organización Bases Autónomas que  salieron a “cazar inmigrantes” y "a limpiar de negros la zona".

Actualmente se producen más de 5.000  delitos de odio de diverso tipo en España basados en la intolerancia al diferente, tanto por su origen nacional, territorial, color de piel, convicción religiosa, orientación sexual u otras características que son significadas en estos delitos que se expanden por Europa.  Ejemplo de ello es que en Gran Bretaña alcanzan los 60.000, en Alemania más de 20.000 y cifras elevadas en toda Europa,  a lo que hay  que añadir los discursos de odio que inflaman e intoxican las redes sociales, así como la intolerancia política con actitudes de fuerte enfrentamiento junto a  la presencia de partidos extremistas en las instituciones, construyéndose un escenario inquietante en toda Europa.
Lo que hace 25 años veíamos como clima previo al crimen nos confirma hoy que esas actitudes no deben avanzar. La agitación racista no se limitaba a los panfletos sin firmar. El clima agresivo y provocador convertía a la zona de Aravaca con presencia dominicana en un polvorín que era alimentado por pintadas xenófobas, incluso carteles como los de “INMIGRACIÓN STOP, los Españoles primero”, “Alto a la Invasión “y otros profusamente distribuidos y pegados por la organizaciones ultras y racistas.  El 13 de noviembre de 1992, un  grupo de cuatro skins-neonazis  consumaron por la noche el ataque a la discoteca abandonada  Four Roses, donde estaban cenando los inmigrantes dominicanos. Sus asesinos,  gente desalmada, no buscaban a Lucrecia Pérez, su objetivo era  matar por ser inmigrante y negra, desde su odio profundo  que era la pólvora del crimen. La noticia del asesinato conmocionó a la sociedad española.
Hoy desde esta Memoria y con el compromiso vivo, social e institucional, ante este tipo de  hechos de intolerancia criminal y el peligro de su extensión, conscientes de avances como la reforma del Código Penal  y la creación de las Fiscalías de delitos de odio, queremos solicitar al Gobierno,  a los partidos políticos y al conjunto de las instituciones, que deben concretar avances en tres perspectivas:
1.- Educar para la Tolerancia como plantea la UNESCO, respetando, aceptando y apreciando la diversidad de la condición humana.
2.- Reforzar la Legislación frente a todo tipo de Discriminación y Delito de Odio y las políticas integrales  de prevención e intervención como demandan las instituciones internacionales.
3.- Apoyar a las Víctimas de estos delitos y estimular su denuncia como así requiere la Unión Europea.

La Memoria de  Lucrecia y con ella de todas las víctimas de crímenes de odio viven en cada uno de nosotros y  por ellas, en defensa de la justicia, la dignidad y los derechos humanos para todas las personas, luchamos día a día animando a todos a trabajar con intensidad y compromiso.