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martes, 13 de enero de 2015

La respuesta al yihadismo desborda París

1,5 millones de personas salen a la calle en París y dos millones más en otras ciudades francesas contra la barbarie terrorista

Los manifestantes portan pancartas y corean lemas de apoyo a la revista 'Charlie Hebdo' y a las 17 víctimas de esta semana

 “París es hoy la capital del mundo”, anunció por la mañana el presidente francés, François Hollande. La unidad que reclamaba a los franceses la consiguió por elevación. Como con la amplia representación de mandatarios a los que pidió su presencia en la “marcha republicana”. Acudieron la canciller alemana, Angela Merkel; el primer ministro británico, David Cameron; el presidente español, Mariano Rajoy; o los primeros ministros de Italia, Portugal, Bélgica, Grecia, o el presidente de Malí, Ibrahim Bubacar Keita.
Especial significación tuvo la presencia del primer ministro israelí,Benjamín Netanyahu, y del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas. Ambos fueron colocados en la primera línea del cortejo oficial. “Hoy somos todos ciudadanos franceses”, señaló el secretario de Justicia de EE UU, Eric Holder, presente también en la capital. El jefe del Gobierno español señaló: “Nadie está nunca a salvo de nada. Sería una inconsciencia decir que no hay riesgos. Ningún país puede luchar solo contra esto”. El italiano Matteo Renzi aseguró: “Saldremos vencedores de este desafío contra el terrorismo. Lo importante es la Europa de los hermanos”. “La amenaza yihadista estará con nosotros durante muchos años”, lamentó el primer ministro británico, David Cameron. El 18 de febrero habrá una cumbre antiterrorista en Washington.

Pero, además de la masiva participación, los protagonistas en la capital francesa en esta cita contra el horror han sido los supervivientes de la revista satírica Charlie Hebdo, diezmada por el ataque del miércoles con la muerte de 12 personas, y los familiares de las víctimas de ese atentado y los del ataque del viernes al Hyper Cacher de comida judía, donde cuatro personas de esta comunidad fueron asesinadas. Los asistentes a la protesta, en muchos momentos en tenso silencio, no dejaron de aplaudir sin cesar al paso de esta comitiva de duelo. O al de furgones de policías (tres asesinados esta semana).
Los homenajes de los manifestantes a Charlie Hebdo saltaban por doquier. Alguno, muy en su línea: “¿Tengo derecho a dibujar el culo de Mahoma?”, se leía en una pancarta.

Hollande se dirigió al grupo de familiares y amigos de las víctimas. Las lágrimas saltaron cuando abrazó a Patrick Pelloux, médico y miembro del equipo de la revista; a un policía de Marsella, hermano del agente asesinado en la revista, y a familiares de los cuatro judíos asesinados el viernes.
La cifra de asistentes desbordó todas las previsiones en la fiesta de la libertad y la tolerancia. “Yo soy Charlie”, “Yo soy judío”, gritos de “Charlie, Charlie” o “Yo soy poli” fueron los gritos más escuchados cuando se rompía el silencio. “Ha hecho falta lo de Charlie para sentirnos unidos. Sigamos”, escribió alguien en grandes letras en el suelo en la plaza de la República. La marcha estalló al final como una fiesta, con una charanga que avanzó hacia la plaza de la Bastilla entre banderas francesas y de países musulmanes al grito de “libertad”.
La diversidad de los mensajes reflejaba la diversidad de los manifestantes. Yawougan, de 35 años, es de origen togolés. Llegó a Francia con seis años. Su esposa, Nassera, de 31, es francoargelina. Tienen dos hijos. Los cuatro representan la Francia que este domingo inundó París. “Hemos venido con nuestros hijos porque queríamos que viviesen una lección de tolerancia”, explicó Yawougan. “Somos musulmanes pero ellos no lo son. Las balas que mataron a la gente de Charlie Hebdo atravesaron también nuestro corazón. Es importante que mis hijos estén aquí también porque somos una familia de inmigrantes y no quiero que nadie nunca pueda decirles que no son franceses. Francia somos todos”.
En Lyon, más de 200.000 personas han salido a la calle. O 100.000 en Burdeos. Y más de 40.000 en Perpignan, como en Saint-Etienne, más de 14.000 en Tarbes y unas 10.000 en Dammartin, la localidad a 40 kilómetros al norte de París donde el viernes fueron abatidos los hermanos Chérif y Said Kouachi, autores del ataque a Charlie Hebdo. Estas manifestaciones ya han sido precedidas por otras espontáneas celebradas el miércoles pasado, horas después del ataque contra la revista, o el viernes, con más de 700.000 asistentes.

Por la mañana, el ministro francés de Interior, Bernard Cazeneuve, había anunciado “medidas excepcionales” de seguridad con la ciudad en estado máxima alerta. Francotiradores de élite, contó, se desplegaron por tejados y azoteas a lo largo del recorrido de la marcha. Las sinagogas han estado especialmente protegidas desde el sábado y el Gobierno ha anunciado que, si fuera necesario, el Ejército participará directamente en su vigilancia.
A última hora, Hollande y Valls se trasladaron a la Gran Sinagoga de París, donde asistieron con Netanyahu a una ceremonia de duelo por los asesinados. Antes de comenzar la marcha, Hollande recibió a varios dirigentes de esta comunidad. “Estamos decididos a seguir viviendo nuestro judaísmo. No cederemos ante la violencia”, comentó después Roger Cukieman, presidente del Consejo Representativo de Instituciones Judías de Francia.
Hollande y Netanyahu acudieron a la Gran Sinagoga de París
Antes de arrancar la manifestación de París, Hollande llamó por teléfono a Lassana Bathily, el joven de 24 años empleado de la tienda de productos judíos que se comportó heroicamente al esconder en el sótano de la misma a una quincena de personas que habían quedado atrapadas cuando a mediodía del viernes fue atacada por el yihadista Amedy Coulibaly.
La única nota discordante de la jornada la marcó, una vez más, el ultraderechista Frente Nacional, que había pedido a sus militantes manifestarse en otros lugares, pero no en París. Su fundador, el islamófobo Jean-Marie Le Pen, calificó de “payasos” a quienes protestaron en la capital. Es la otra Francia, este domingo minoritaria.

viernes, 9 de enero de 2015

ANTE LOS ATENTADOS DE CHARLIE HEBDO

El COMPROMISO CIUDADANO ante estos terribles hechos, debe de ser: 
1.  Condena absoluta del atentado terrorista.
2.  Solidaridad con las Víctimas, familias y compañero.
3.  Defensa radical de la libertad de expresión y de los valores democráticos. 
4.  Respeto riguroso a la comunidad musulmana.
5.  Unidad frente al terrorismo y los que lo quieren utilizar para alimentar la   xenofobia y la islamofobia

¡¡¡ Y esto es, precisamente, lo que NO HAY que hacer !!! :

jueves, 8 de enero de 2015

La espiral de la intolerancia terrorista

Esteban Ibarra. Presidente de Movimiento contra la Intolerancia y Secretario del Consejo de Víctimas de Crímenes de Odio.
Madrid, 8 de enero de 2015. La masacre en París, perpetrada contra los redactores de Charlie Hebdo y los policías que los defendieron, por un comando yihadista relacionado con Estado Islámico, además del daño irreparable en víctimas que muestran sus crímenes de odio, la conmoción que provocan y la fractura social que proyectan, está siendo utilizada por otros fanáticos antidemocráticos que alientan la islamofobia en Europa y otros lugares, para llamar a las armas y justificar otra violencia dirigida a la comunidad musulmana como han mostrado los recientes ataques con granadas y armas de fuego a dos mezquitas en Francia.
Los criminales que sembraron de sangre la redacción de Charli Hebdo y que llenaron de luto a todo el pueblo francés, también dañaron a toda persona con humanidad. Además de mostrar su frialdad y ausencia de piedad en sus ejecuciones han querido mostrar nuestra vulnerabilidad en su apuesta por el choque civilizaciones, invitándonos, mediante su interpretación perversa y fanática del Islam, a trasladarnos a un escenario de ruptura con los valores democráticos en donde el extremismo tiene su hábitat. Y en este empeño no están solos, les acompañan quienes llaman a las armas contra la comunidad musulmana en las redes sociales, quienes atacan sus lugares de culto y a estas personas. Todos ellos apuestan por la Europa de la Intolerancia, unos desde su proyecto de yihadismo global y otros desde su concepción integrista de cruzados, como hizo Breivick en la matanza de Utoya (Oslo) no hace mucho. Es una dinámica terrorífica que se interalimenta, que no solo persigue acabar con la libertadas de expresión y el resto de las libertades y derechos, quiere acabar con cualquier proyecto de convivencia democrática basado en la multiculturalidad que defiende la Europa de la Tolerancia, del respeto, de la integración de la diversidad humana como factor de convivencia.
Alejarse de los extremismos
Las manifestaciones en Alemania encabezadas por neonazis enarbolando la bandera de la intolerancia islamófoba son un serio aviso, pero la respuesta democrática también avisa de nuestra firmeza. Positiva ha sido la contestación de Hollande y de otros máximos responsables europeos en su cierre de filas defendiendo los valores democráticos frente al yihadismo terrorista, en la misma línea que el primer ministro Noruego al afirmar y confirmar la defensa de estos valores tras la masacre neofascista. Y con ellos, las gentes de bien de nuestros países en solidaridad con las víctimas de estos crímenes de odio, como debe de ser, frente a unos extremismos que amenazan globalmente a la Humanidad.
Hay quien de manera oportunista no solo practica islamofobia, aprovecha estos crímenes horrendos para vincularlos a la inmigración y las políticas de integración europeas, atacando nuestra diversidad y alimentando la xenofobia, como han manifestado de forma indecente por algunos políticos en distintos países. Persiguen dañar la Tolerancia, principio que fundamenta nuestra Europa democrática en el mismo Tratado de la Unión. Su defensa significa respetar, aceptar y apreciar, tal como lo define la UNESCO, la diversidad cultural, la pluralidad religiosa, la libertad política y el conjunto de derechos y libertades que emanan del reconocimiento de la dignidad intrínseca de la persona. Son nuestros fundamentos democráticos, que o se está o no se está con ellos.
El asesinato de nuestros hermanos franceses es un crimen horrendo, basado en el odio a la libertad que es, como ya dijo Tomas y Valiente del terrorismo de ETA, un crimen que nos mata a todos un poco. Y es un crimen que requiere la repuesta de la Justicia, no la ley del Talión porque la democracia no alberga esa naturaleza de castigo, y menos aún el belicismo ultra de reacción que acabamos de conocer. Una respuesta legal desde una Justicia que no está en contradicción con el valor de la Tolerancia, pese a los que la confunden con permisividad o indiferencia. Respetar y apreciar a la comunidad musulmana, a la diversidad que es lo que significa Tolerancia, hacer crecer ese valor en nuestras sociedades, no significa aceptar el terrorismo yihadista ni el fanatismo ultra, supone afirmar el pluralismo y construir la convivencia pacífica sobre bases justas, armoniosas con la diferencia entre las personas y respetuosas con los Derechos Humanos. Y esto es vital para combatir a fondo la espiral terrorista de la Intolerancia.

Ni se debe vincular al Islam, ni a las comunidades musulmanas en este horrendo atentado, ni se deben alentar discursos de intolerancia de respuesta. Es tiempo de perseguir a los criminales y de no consentir ninguna acción fuera de la legalidad y la justicia, pero sobre todo es hora de estar con las víctimas y sus familias, no de instrumentalizarlas, de estar honestamente enviando mensajes inequívocos, como: ¡¡Je suis Charlie!!

Movimiento contra la Intolerancia pide que el atentado en 'Charlie Hebdo' "no se utilice contra la comunidad musulmana"

europapress.- El presidente de Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra, llama a la concordia y pide a los partidos políticos, medios de comunicación y sociedad en general que el atentado en la redacción de 'Charlie Hebdo' "no se utilice para desacreditar a la comunidad musulmana".
"Este es un ataque deleznable que debemos condenar todos juntos desde nuestra diversidad", ha señalado en declaraciones a Europa Press, para incidir no obstante en la importancia de "evitar que los oportunistas y los xenófobos encuentren eco en este dolor compartido".
Para Ibarra, toda la sociedad debe trabajar unida "contra el terrorismo y por una convivencia pacífica y tolerante", algo que los españoles ya conocen. "Al igual que hicimos contra ETA, que no se nos ocurrió dañar al pueblo vasco y que diferenciamos el terrrorismo del pueblo vasco, una vez más tenemos que unirnos contra el terrorismo pero sin dañar a la comunidad musulmana", ha señalado.