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jueves, 4 de enero de 2024

«La libertad de expresión no implica libertad de agresión»: Esteban Ibarra, ante el muñeco ‘apaleado’ de Pedro Sánchez


FUENTE: CONFILEGAL

El presidente del Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra, ha valorado para Confilegal las acciones acometidas por los manifestantes de Ferraz contra un muñeco a imagen de Pedro Sánchez. Unas actuaciones que, para Ibarra, sí suponen un delito de odio.

Esta Nochevieja, Ferraz volvía a verse rodeada de detractores de Pedro Sánchez. En esta ocasión, incluyéndose un muñeco del presidente del Gobierno, al que los manifestantes no dudaban en dar golpes hasta destrozarlo por completo.

Unas acciones que pronto han tenido eco en la esfera política, siendo muchos los representantes de los partidos que han criticado este «muñeco» apaleado. Entre ellos, también la vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, líder de Sumar que aseguraba que no se trataba de un delito de odio, aunque sí lamentaba profundamente estos hechos.

Afirmación de que no nos encontramos ante un delito de odio que también ha sido expresada por diferentes abogados y juristas en los últimos días.

Una opinión que no comparte Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intolerancia, que ha asegurado en conversaciones con Confilegal que sí nos encontramos ante un delito de odio. «La libertad de expresión no implica libertad de agresión» ha asegurado Ibarra en conversaciones con este diario.


ESTEBAN IBARRA ASEGURA QUE ES UN DELITO DE ODIO

EL DELITO DE ODIO, LIMITADO EN EL CÓDIGO PENAL
«el delito de odio es un delito radicado en la intolerancia al diferente. Y el diferente, es todo».

«Mi valoración es contraria a la de la mayoría de juristas» explica Ibarra en un primer momento. Y es que, a pesar de que muchos han considerado que los actos contra el muñeco de Pedro Sánchez no están incluidos en un delito de odio, para el presidente del Movimiento contra la Intolerancia esto es algo muy distinto.

«El acto de Ferraz, con la piñata de Pedro Sánchez, desde mi punto de vista, es un delito de odio por motivo ideológico» asegura Ibarra. «Concurren distintos elementos, como la incitación directa o indirecta por motivo ideológico o político. Y, además, pudiera concurrir daños a la dignidad de la persona. Todo ello, dentro del artículo 510 del Código Penal».

Un delito de odio, asegura Ibarra, que no solo afecta al actual presidente del Gobierno. «Por otra parte, también podría interpretarse como un daño a la integridad moral. Algo que no sólo afecta a Pedro Sánchez, sino que también afecta al grupo de personas que se identifica con los postulados ideológico-políticos de Pedro Sánchez».

Mi opinión es que se debe aplicar el delito de odio, es decir, la protección o la sanción que prevén los tipos penales de delito de odio, ajustándose a los hechos, sea tanto para Pedro Sánchez, como a Mariano Rajoy, Begoña Villacís, o para cualquier representante político. El discurso o el delito de odio es un mensaje al colectivo. Y no se queda en esas personas, sino que alcanza al grupo humano de afinidad con esa persona.

Un «sí» a entender que las acciones de los manifestantes contra Pedro Sánchez este pasado día 31 se pueden entender como acciones de incitación al odio que Ibarra mantiene a pesar de las muchas voces en contra.

Unas contradicciones de expertos y juristas que se produce, tal y como asegura Esteban Ibarra, debido a la actual legislación que existe sobre la situación, que no establece un claro marco sobre el asunto.

«En cuanto a las sentencias de los tribunales, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, hay sentencias contradictorias. Y en cuanto a la opinión acerca de la vulnerabilidad en España, también las hay», ha explicado a Confilegal. «El mismo Código Penal tiene una redacción incongruente de los artículos 22.4, 314, 510 y siguientes».

Una disparidad, especialmente en el concepto de la vulnerabilidad del individuo, que para Ibarra, provoca que no todos estemos igual de protegidos ante los delitos de odio.

«Creo que hay un error en limitar el efecto fenomenológico del delito de odio a los colectivos vulnerables», ha asegurado Ibarra. Así pues, destaca para Confilegal que «en el Código Penal no tenemos la definición de un discurso de odio. Lo que tenemos tipificados son una serie de delitos que tienen relación con este concepto del delito de odio»

En concreto, el delito de odio «viene a hacer referencia a los tipos penales que se ubican en la protección de las libertades y derechos fundamentales de la persona. En la protección de la Constitución. Hay que interpretarlo en un sentido amplio. Lo que quiero decir es que si a una persona se la selecciona por motivos ideológico-políticos, y además esto daña a un grupo humano de semejantes, hay que percibirlo como un delito del 510″.

«Se abusa del concepto de vulnerabilidad. Y es un concepto que es una auténtica milonga. Porque la vulnerabilidad depende del elemento individual, y de la circunstancia social y contextual en donde se produzca. Una persona puede ser muy vulnerable por el hecho de ser negro. Pero otra persona, como el presidente de Estados Unidos, puede ser negro, pero no vulnerable» ha asegurado.

Así pues, es necesario llegar a un marco de protección universal de todos los individuos frente a los delitos de odio.

«Hay que buscar la protección universal de la víctima. Así, estas polémicas se habrían evitado. Alcanzar la universalidad implica proteger a toda persona, en todo lugar, y en cualquier tiempo. Por lo tanto, si hay interpretaciones que son excluyentes, como ésta que se está produciendo, estamos ante una flagrante discriminación por una insuficiencia del Código Penal. También de una interpretación restrictiva», ha lamentado Ibarra.

«El código penal es limitativo, no es universal», ha lamentado Ibarra. Sin embargo, no todo depende de la normativa escrita. «Dentro de esa limitación, el mundo jurídico mayoritariamente lo está interpretando de una forma muy restrictiva, que sería discriminatoria. No tiene sentido que a una persona por manifestar su posición ideológico-política, si se produce una incitación directa o indirecta al odio o a la hostilidad, no sea tratada de igual manera que hacia una persona vulnerable».

sábado, 31 de diciembre de 2022

¡Muévete y Denuncia! Episodio 12. Protección Universal de la Víctima

 

En el último episodio del año de MUÉVETE y DENUNCIA, una iniciativa subvencionada a cargo del IRPF por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, hablamos la Protección Universal de la la Víctima.




martes, 13 de diciembre de 2022

Esteban Ibarra: ‘En España está creciendo la xenofobia y el odio ideológico, con más de 200 crímenes desde que hay democracia y 627 grupos violentos’

 

Esteban Ibarra. Presidente de Movimiento contra la Intolerancia

Fuente: Confilegal

El presidente de Movimiento contra la Intolerancia reclama una Ley Integral de Protección Universal de las Víctimas de Delitos de Odio, para abordar esta lacra en todos los ámbitos desde la prevención hasta la sanción y la asistencia a la víctima
«En España está creciendo la xenofobia y el odio ideológico, con más de 200 crímenes desde que hay democracia y 627 grupos violentos». Así lo advierte Esteban Ibarra Blanco, presidente de Movimiento contra la Intolerancia, secretario general del Consejo de Víctimas de Delitos de Odio, y codirector del Observatorio de Violencia Política en Cataluña. 
Ibarra destaca que los delitos de odio están basados en la intolerancia al diferente, como afirman el Consejo de Europa y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), y denuncia que son una trágica realidad en nuestros días, en un contexto de crecimiento de la polarización extremista, la xenofobia, el racismo, el antisemitismo, la intolerancia con la libertad de religión y convicción, la misoginia, la homofobia, la transfobia, el ultranacionalismo, el fanatismo ideológico, el antigitanismo, el edadismo, entre otras conductas de intolerancia que niegan el valor universal de la dignidad humana, sus libertades y derechos a la persona por su diversidad.
Ante este problema, insta al Gobierno a impulsar «sin más dilaciones» una Ley Integral de Protección Universal de las Víctimas de Delitos de Odio, con capacidad jurídica para intervenir con eficacia en todos los ámbitos, dimensiones y circunstancias, así como para apoyar y proteger a las víctimas.
Una reivindicación que también ha planteado al Defensor del Pueblo y a la Fiscalía General del Estado, quienes «sí han mostrado comprensión hacia la necesidad de universalizar la protección de la víctima del delito de odio».
En esta entrevista, Esteban Ibarra hace una radiografía del problema y plantea medidas para combatirlo. Al Gobierno, pero también a la sociedad en general, a la que pide solidaridad con las víctimas. En este sentido, parafraseando a Elie Wisel, premio Nobel de la Paz y sobreviviente del Holocausto, destaca que quien no recuerda, pierde su humanidad. 
También explica en este diario cómo nació Movimiento contra la Intolerancia, que es una asociación de derechos humanos apartidista, apolítica, quienes la integran y qué iniciativas llevan a cabo. Y repasa algunos de los crímenes de odio más sangrantes de la historia de España
La asociación que lidera fue creada a raíz del asesinato de la dominicana Lucrecia Pérez, en el madrileño barrio de Aravaca, que fue «el primer crimen de odio racista en nuestro país», del que el pasado 13 de noviembre se conmemoraron 30 años. Ibarra la preside desde su fundación. 
¿Qué le parece que a una persona negra, Vinicius, se le grite «mono» y eso quede impune? Usted fue el denunciante de estos hechos en nombre de su asociación.
Me parece francamente mal e inquietante, porque es un daño a la dignidad de la persona y eso está protegido por el Código Penal. La gente que estuvo gritándole eso a Vinicius cometió un delito de odio del 510 del Código Penal, artículo que protege a la persona, su dignidad y sus derechos fundamentales. 
¿Y por qué lo ve inquietante? ¿Puede abrir la puerta a que este tipo de conductas se cometan en los estadios, ya que esta en concreto se queda sin reproche penal?
Exacto. Mal mensaje se está transmitiendo…Considero que en este caso ha habido un déficit en la investigación de estos hechos y también del control de los aledaños a través de las cámaras de vigilancia y de la seguridad privada, que tiene responsabilidad en todas las entradas al campo y, desde su colaboración, puede ser testigo de estas situaciones. Dentro del campo también hay seguridad privada y cámaras, que posibilitan el control interior. 
La resolución de la Fiscalía revela unos déficits de seguridad preocupantes y una banalización del problema. El representante del Ministerio Público argumenta que gritaron «mono» unos segundos. También en unos segundos se puede matar a una persona…
¿Qué radiografía hace del problema del odio ideológico en España? Con cifras.
En nuestro país está creciendo la xenofobia, el odio ideológico y otras formas de intolerancia, que desde la democracia se ha saldado ya con más de 200 crímenes de odio. 
«Advertimos del crecimiento de los extremismos y del fanatismo, del peligroso crecimiento del discurso de odio antiinmigración, antigitano, islamofobia y del antisemitismo en España, especialmente en redes sociales, entre los jóvenes» 
Desde Movimiento contra la Intolerancia advertimos del crecimiento de los extremismos y del fanatismo, del peligroso crecimiento del discurso de odio antiinmigración, antigitano, islamofobia y del antisemitismo en España, especialmente en redes sociales, entre los jóvenes, como se desprende de nuestro Informe Raxen, de la última encuesta de la Fundación FAD Juventud y del informe del Ministerio del Interior sobre delitos de odio. 
Esa reciente encuesta del FAD, en línea con el resto de informes, arroja que el 25% de los encuestados tiene prejuicios y actitudes de intolerancia xenófoba, antigitana e islamófoba y rechazo a la diversidad, lo que supone un caldo de cultivo para comportamientos peligrosos. 
Llama la atención que el 5% de jóvenes conteste sin rubor que ha insultado, se ha burlado o agredido por intolerancia. Por tanto, vulneración de derechos, lo que es, en la mayoría de los casos, un delito de odio.
Insisto, se está disparando el discurso de odio y se va disparando ya la violencia. El pasado lunes hubo en Madrid un asesinato de un menor, de 15 años, y otro de 21 quedó gravemente herido con un tiro en el vientre a manos de un miembro de la banda Dominicans Don’t Play. Las víctimas probablemente eran Trinitarios. Por tanto, miembros de grupos juveniles de identidad que se matan entre unos y otros.  
Desde Movimiento contra la Intolerancia exigimos la protección universal de las víctimas y planes contra el racismo y el antisemitismo, sin olvidar a las víctimas del odio ideológico terrorista.
Estas conductas se han saldado con crímenes de odio, como del caso de Víctor Laínez, en Zaragoza, quien portaba unos tirantes con la bandera de España; el de Ely, de Valladolid, víctima de homofobia, o Younes Bilal, joven marroquí asesinado por xenofobia en Murcia.Recordemos también recientes crímenes con indicios de odio, como el de Samuel Luiz en La Coruña o el del joven rapero con asperger Isaac López, en Madrid. Desde la salida del Covid ha habido muchos gestos contra de este tipo de conductas de intolerancia, pero no se entra a erradicar el problema. 
¿Percibe usted una actitud de indolencia desde las autoridades políticas frente a esta lacra?
Desgraciadamente, sí. El Gobierno y los ejecutivos autonómicos y locales tienen que tomarse en serio la lucha contra el racismo, la xenofobia, el antisemitismo y toda forma de intolerancia, y modificar su actitud de indolencia.
«El Legislativo y el Ejecutivo dieron la espalda a la protección universal de la víctima del delito de odio en la Ley de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia»
Nosotros llevamos más de tres décadas reivindicando reformas legales, una mayor implicación de las instituciones, más sensibilidad de los medios de comunicación hacia el problema y que se fortalezca a las ONG que luchan contra el racismo y la intolerancia. El Legislativo y el Ejecutivo dieron la espalda a la protección universal de la víctima del delito de odio en la Ley de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia, que ha conllevado la nueva regulación de los delitos de odio en los artículos 22.4, 314, 510, 511, 512 y 515.4 del Código Penal. 
¿Por qué?
Porque en la nueva redacción de esos tipos penales se suprimió la cláusula general antidiscriminatoria que había incorporado el anterior Gobierno socialista en 2018 -adecuándose al mandato constitucional y a los Tratados Internacionales de Derechos Humanos- y se ha producido un efecto de exclusión y discriminación hacia el resto de víctimas que sufren delitos de odio.
Así, hay personas excluidas, legalmente discriminadas de facto del Código Penal, como es el caso de quienes sufren agresiones por su aspecto físico, por motivo de identidad cultural, lingüística, deportiva, profesional, opinión, por origen territorial o cualquier otra condición o circunstancia personal o social, protegidas universalmente por la Constitución española. Toda persona o grupo que sufra una infracción penal por ser seleccionada en razón de cualquier característica de la condición humana, ha de ser protegida por la Ley.
Exactamente, ¿qué es lo que reclama al Ejecutivo?
Que impulse sin más dilaciones una Ley Integral de Protección Universal de las Víctimas de Delitos de Odio, para abordar esta lacra en todos los ámbitos desde la prevención hasta la sanción y la asistencia a la víctima. También se lo hemos planteado al Defensor del Pueblo y a la Fiscalía, que sí han mostrado comprensión hacia la necesidad de universalizar la protección de la víctima del delito de odio.
«Es necesaria una estrategia integral y planes transversales que vayan desde la educación hasta la seguridad y desde los niveles estatales hasta los locales»
Es necesaria una estrategia integral y planes transversales que vayan desde la educación hasta la seguridad y desde los niveles estatales hasta los locales, de forma que todo el tejido social e institucional de este país tenga un instrumento para defender los derechos de las personas. 
Por cierto, ¿usted ve delito de odio en los enfrentamientos entre bandas? Habla de bandas juveniles, en vez de decir latinas. ¿Es para no criminalizar al colectivo?
A mi juicio, sí hay delito de odio. Y respecto a la otra cuestión, ha dado en el clavo. 
¿Ve también delito de odio en los ataques de algunos políticos de Podemos a los jueces tildándolos de machistas?
Cuando hay ataques generalizados, sí. Eso tiene una interpretación que podría caber en un concepto de delito de odio como el que defiende la ONU: por cualquier factor de identidad.  Un factor de identidad pueden ser los jueces. 
Si lo que dicen es que hay jueces machistas, es una opinión. Si las críticas van dirigidas a la institución, es una opinión política, si se arremete contra los jueces o policías y guardias civiles por su condición es delito de odio.
¿Quién es el interlocutor del Gobierno en esta materia? ¿El ministro del interior?
No tenemos un punto de referencia claro en el Gobierno. Por ello, reclamamos una Dirección General de apoyo a las víctimas de crímenes de odio. En materia de víctimas del terrorismo y de violencia de género, por ejemplo, sí hay figuras que centralizan esa lucha. En cambio, en este asunto la interlocución está dispersa. 
Recientemente, la delegada del Gobierno en Madrid, María de las Mercedes González Fernández, ha informado que en España tienen detectados 627 grupos violentos, a partir de la radiografía que tiene el Ministerio del Interior. Esto me preocupa mucho.
¿Cómo se debe combatir esto?
Hay que evitar que nuestros jóvenes se incorporen a los grupos violentos, se están incorporando gracias al discurso de odio.  Para ello, hay que hacer un trabajo intenso en la Educación de deslegitimación de la violencia y la intolerancia. 
¿No se están llevando a cabo programas educativos en este sentido?
No, salvo alguna excepción. Y son necesarios para alumnos de 11 años en adelante, para fijar en ellos el rechazo a la violencia, para deslegitimar la violencia y la intolerancia.
¿Qué más plantea para combatir a estos grupos?
Perseguir a las estructuras organizadas que promueven el odio y la violencia (514.4 del Código Penal). Me refiero a los ultras de fútbol, bandas juveniles, bandas extremistas de ultraderecha y de ultraizquierda, entre otros grupos que son capaces de practicar la violencia contra el diferente.
Ponga apellidos a la violencia que se está produciendo.
Agresiones a inmigrantes, por motivo de homofobia, sobre todo transfobia, por odio ideológico y violencia política, como se denuncia en Cataluña con el tema de la hispanofobia. 
Hay agresiones a miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado estando fuera de servicio y a sus familiares. El caso más sonado de los últimos años ocurrió en Alsasua.
También se producen agresiones a discapacitados, a ancianos y a personas sin hogar. Y ataques a gitanos, a raíz de un delito de uno, se ataca a todas las familias criminalizando a todo el colectivo.
También hay ataques, robos y violaciones por parte de algunos menores extranjeros no acompañados (menas). ¿Le preocupa también esto? ¿En este caso detecta que se criminaliza al colectivo?
También me preocupa. Y sí, hablamos de conductas delictivas de personas concretas, que no se criminalice a todo el colectivo, como a veces está sucediendo. En las movilizaciones contra el terrorismo decimos «vascos sí, terroristas no». Y aquí hay que decir «inmigrantes sí, delincuencia no». Hay que acometer el problema, lo que no podemos hacer es criminalizar a 6 millones. 
Más de 30 años lleva usted luchando contra los delitos de odio. ¿Qué le llevó a dar este paso? ¿Cómo nació Movimiento contra la Intolerancia
En los años 70 las condiciones de dureza que se vivían al final de la dictadura y en la transición me llevaron a meterme en el mundo de las libertades y derechos humanos cuando tenía 16 años.
Empecé con estas acciones a finales de los 80, desde una pequeña emisora de radio ecologista y pacifista llamada Onda Verde, que no tenía ni permisos. Yo era el director de esa red de emisoras de radios libres y empecé a denunciar desde ahí el crecimiento de los comportamientos racistas y xenófobos.  
Esteban Ibarra fue galardonado en 2021 con el premio Or Janucá 5782. En la gala de entrega del galardón, la presidenta de la Comunidad Judía de Madrid (CJM), Estrella Bengio, destacó el «gran trabajo» realizado por Ibarra «para sensibilizar a los ciudadanos, proteger a los más vulnerables y garantizar que sus derechos sean siempre respetados».
¿Usted tuvo problemas durante el franquismo?
Sí, me detuvieron durante mi etapa estudiantil.
¿Por qué?
Porque detenían al movimiento estudiantil. Aquello supuso que no pude finalizar la ingeniería de minas, porque prácticamente me bloquearon en la escuela. Después inicié estudios como economista. En los años 80 me movilizaba contra contra los bloques militares y contra la carrera de armamentos nucleares y defendía públicamente los derechos humanos desde aquella emisora, y a finales de los 80 empezamos a denunciar el crecimiento del racismo y la xenofobia. 
En los 90, desde las instituciones del Gobierno -entonces también gobernaba el PSOE- me propusieron coordinar las primeras campañas que se hicieron en España contra el racismo y la xenofobia, y lo hice. Nos apoyó mucho la ministra de Asuntos Sociales de entonces, Matilde Fernández. 
En aquella etapa se produjo el asesinato de Lucrecia Pérez y le dije a mis compañeros que las campañas se las llevaba el viento, que no tenían efecto y les propuse crear una organización para hacer un trabajo fundamentalmente de deslegitimación de la violencia y de la intolerancia y para ayudar a las víctimas. Así nació Movimiento contra la Intolerancia.
Ibarra, en una manifestación tras el asesinato de Jimmy Dnombele, en julio del 2002.
¿Y quién más hay detrás de esta asociación?
Víctimas de delitos de odio, entre ellas la hija de Lucrecia Pérez, Kenia Carvajal, que hacen un importante trabajo de apoyo a víctimas y de sensibilización para que se denuncien estos casos.  
Kenia Carvajal tenía 6 años cuando mataron a su madre, entonces estaba en República Dominicana con su padre. Años después vino a España y la incorporé a la asociación, que también integran muchas personas del mundo de la educación social. 
¿Y qué iniciativas llevan a cabo?
La más importante de todas es de educación para la tolerancia. Visitamos entre 1.000-1.500 centros educativos cada año. La asociación está presente en Andalucía, en Valencia, Aragón, en País Vasco… prácticamente en toda España.
Educar para la tolerancia implica, por un lado, la enseñanza de los derechos humanos, y por otro, respetar, aceptar y apreciar la diversidad de las personas. 
¿Y pide que se implante esto a nivel nacional?
Sí. Pedimos una apuesta extensiva. 
¿Y qué le diría al que pueda pensar que lo que usted quiere es hacerse rico con esto?
Que yo ya me jubilo el próximo año, aunque eso no quiere decir que deje de ser presidente. Estoy en edad de jubilación, no de enriquecimiento…
¿Qué más actuaciones realizan?
De atención a las víctimas. Se ponen en contacto con nosotros fundamentalmente a través de dos páginas webs: educatolerancia.com e informeraxen. También tenemos una web llamada Movimiento contra la Intolerancia.Además, impartimos cursos a profesionales, entre ellos policías, guardias civiles y operadores jurídicos.
¿En qué consisten esos cursos?
En identificar el delito de odio, los tipos penales a los que afectan, se dan temas de criminología del odio, para ver cuándo un delito es un crimen de odio, y se aborda la realidad de la víctima del delito de odio, porque es una víctima singular. 
Cuando, por ejemplo, a una víctima la han golpeado o le han cometido un delito un grupo, una organización, esa persona corre el riesgo de represalias por haber denunciado. 
¿Alguna iniciativa más?
Sí. También creamos materiales didácticos para luchar contra la intolerancia y los delitos de odio, quizás los más importante de Europa. Como organización somos miembros del grupo asesor en materia de delitos de odio de la Unión Europea. 
A nivel nacional nos reunimos con los grupos políticos y otras autoridades para incidir política y legislativamente. Por ejemplo, hemos participado en la elaboración de la Ley contra el racismo, la violencia y la intolerancia en el deporte, y en la fase inicial de la ley de igualdad de trato y no discriminación, entre otras. 
Nuestras reivindicaciones han dado lugar a la creación en 2011 de la Fiscalía de Delitos de Odio, y de numerosos observatorios en España sobre racismo e intolerancia.
También fue una reivindicación nuestra la creación de la oficina nacional de lucha de delitos de odio. Entonces estaba de ministro Jorge Fernández, lo planteé abiertamente y me hicieron caso. 
¿Ha cambiado mucho la situación desde entonces, en estos últimos 10 años?
Sí, por las redes sociales y los instrumentos tecnológicos que han irrumpido, que hacen que las conductas malignas se multipliquen a más velocidad que la acción positiva, solidaria, benévola. 
«Las redes sociales y los instrumentos tecnológicos que han irrumpido hacen que las conductas malignas se multipliquen a más velocidad que la acción positiva, solidaria, benévola»
Además de crecer el problema, se está produciendo una juvenilización, como decía. Cada vez son más jóvenes los que forman parte del problema. Cada vez más menores, adolescentes y jóvenes son partícipes de este tipo de conductas violentas. 
Pintan mal las cosas. Veo un horizonte preocupante. 
Esteban Ibarra, con víctimas de crímenes de odio en la presentación de su libro ‘La España racista’ (Editorial Temas de Hoy), en octubre de 2011 en Madrid. También es autor de ‘Los crímenes del odio’ (Temas de Hoy), ‘La Europa siniestra’ (Editorial Catarata) y ‘Intolerancia, no gracias’ y ‘Tiempos de Solidaridad’, ambos de Ediciones Movimiento contra la Intolerancia. 
Volviendo al pasado, ¿podría recordar algunos de los los crímenes por odio ideológico más sangrantes de la historia de nuestro país? Que no caigan en el olvido.
Me alegra que me haga esta pregunta. Como decía Elie Wisel, premio Nobel de la Paz y sobreviviente del Holocausto, quien no recuerda, pierde su humanidad. 
Uno de los asesinatos más brutales que ha habido fue a una persona transexual llamada Sonia Palmer. Ocurrió en 1991, en el Parque de la Ciudadela (Barcelona). Un neonazi le reventó la cabeza a palos.
Si hablamos de personas sin hogar, una paliza brutal, también de un grupo fanático, fue a Rosario Ingrinal, la quemaron viva. Y a Antonio Nicol, a quien le destrozaron el cerebro. Ocurrió en Atocha.
De crímenes de odio a inmigrantes está el caso de Lucrecia Pérez, que fue matada a tiros por un grupo de neonazis. 
De crimen misógino está el caso brutal de Beatriz Agredano, una joven de 21 años, que era secretaria. Cuando volvía a su casa la secuestraron y le reventaron la cabeza. También ocurrió a finales de los 90, fueron años muy duros. 
Y por odio ideológico está el caso de un joven que se llamaba David González, al que mataron unos nazis, en Moncloa, delante de mucha gente. Me produce mucha frustración porque nunca encontraron a los autores. 
¿Con qué llamamiento quiere terminar esta entrevista?
Que se haga un esfuerzo colectivo para deslegitimar y condenar cualquier conducta violenta, del tipo que sea. Un llamamiento que hago a las instituciones, al sistema educativo, a las asociaciones, a los medios de comunicación y a la ciudadanía en general.
«Transitamos por peligrosos momentos que requieren el compromiso de todos para impedir la eclosión de la intolerancia»
Tenemos que respetar la dignidad y los derechos humanos de todas las personas, así como favorecer y practicar la tolerancia. La tolerancia, hay que decirlo, no es permisibilidad del delito, sino respetar, aceptar y apreciar que los humanos somos diversos. 
La culpa de esto la tiene quien no educa. 
Al Gobierno le pido que proteja universalmente a todas las víctimas del delito de odio, porque estas conductas van en aumento, y así lo prevé también la ONU. Además, debe crear una figura que centralice el apoyo a las víctimas de crímenes de odio, esto lo echamos en falta y lo pedimos encarecidamente. Una dirección general para el apoyo a las víctimas de los delitos de odio. 
Transitamos por peligrosos momentos que requieren el compromiso de todos para impedir la eclosión de la intolerancia.
Hay que concienciar a la sociedad de la solidaridad con la víctima. 


jueves, 14 de julio de 2022

Campaña La Tolerancia Apaga el Odio



📣Desde 𝗠𝗼𝘃𝗶𝗺𝗶𝗲𝗻𝘁𝗼 𝗰𝗼𝗻𝘁𝗿𝗮 𝗹𝗮 𝗜𝗻𝘁𝗼𝗹𝗲𝗿𝗮𝗻𝗰𝗶𝗮, invitamos a las instituciones, sociedad civil y ciudadanía a participar activamente por segundo año consecutivo de la campaña 𝕃𝔸 𝕋𝕆𝕃𝔼ℝ𝔸ℕℂ𝕀𝔸 𝔸ℙ𝔸𝔾𝔸 𝔼𝕃 𝕆𝔻𝕀𝕆 el próximo 𝟮𝟮 𝗱𝗲 𝗝𝘂𝗹𝗶𝗼 𝗱𝗲 𝟮𝟬𝟮𝟮, 🕯️𝗗𝗜́𝗔 𝗘𝗨𝗥𝗢𝗣𝗘𝗢 𝗗𝗘 𝗟𝗔𝗦 𝗩𝗜́𝗖𝗧𝗜𝗠𝗔𝗦 𝗗𝗘 𝗖𝗥𝗜́𝗠𝗘𝗡𝗘𝗦 𝗗𝗘 𝗢𝗗𝗜𝗢 en recuerdo de las víctimas del crimen de odio terrorista de Oslo y Utoya, y a su vez, de todas las víctimas de la intolerancia y los delitos de odio. Desliza el carrusel para saber más sobre la campaña.

















viernes, 8 de julio de 2022

Entrevista a Esteban Ibarra Blanco: “Se olvida enseñar que el prójimo tiene dignidad, aunque no estés de acuerdo con él”

 

Diario de Teruel.- presidente del Movimiento contra la intolerancia, Esteban Ibarra Blanco, estuvo la semana pasada en Teruel para participar en una jornada sobre delitos de odio y discriminación en la Comandancia de la Guardia Civil. Partidario de la protección universal frente a los delitos de odio, considera que el marco legal no contempla todos los supuestos y por tanto es discriminatorio, y aboga por una educación en valores y un mayor compromiso que permita combatir esta lacra.

-¿El odio es innato al ser humano o se aprende a odiar?

-El odio se aprende, nadie nace con él. El odio es un sentimiento. Canalizar el odio con ira y con intolerancia hacia el otro es un proceso de aprendizaje, es un proceso de mala educación en el que has desechado otro tipo de fórmulas como es el diálogo, el poder entenderte; no respetas, desprecias, rechazas… Eso es un proceso que está inserto en la condición humana.

-No odiar y tolerar depende por tanto de la educación.

-Sí, es una cuestión de formación educativa. Es muy importante la educación en valores, no solo cívica, sino en valores profundos. Yo siempre insisto mucho en el artículo 1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que es muy desconocido y parece mentira. Ahora todo el mundo habla de los derechos humanos pero se olvida de enseñar que el prójimo tiene dignidad, aunque no estés de acuerdo con lo que esté diciendo. Lo que hay que hacer es respetar de entrada al prójimo aunque sea diferente, lógicamente, y luego aceptar y apreciar esa diversidad humana. Hay que formar y hay un mandato de la Unesco de que hay que educar para la tolerancia, y nadie le hace caso.

-Educar más allá de la escuela, entiendo.

-Por supuesto, y además nuestros niños y niñas adolescentes se socializan hoy por muchas vías; es la escuela, es la familia, son los entornos, son los iguales. Vivimos en ecosistemas donde los procesos de comunicación interpersonal son amplísimos, y ahora mismo es todavía más complicado con las redes sociales, Internet y con unos elementos comunicativos que influyen mucho más incluso que la propia familia y el profesorado.

-¿Cómo combatir todo esto para que llegue la educación correcta?

-El requerimiento que hacemos a las instituciones públicas es que se tomen esto en serio y que no minusvaloren ni el discurso ni el delito de odio. El discurso precede a la acción, es lo que viene antes para la comisión del delito, pero antes de ese discurso está la intolerancia que es la actitud determinante, y esa actitud es la que hay que neutralizar. Lo importante no solo son las matemáticas, también los valores, las dos cosas. Hay que darle más importancia y los medios de comunicación muchísima más, no utilizar la vía fácil que es la exaltación de la noticia escandalosa.

-¿Cómo deberían obrar la prensa frente a este problema?

-Con dimensión pedagógica. La comunicación, de verdad, como dice la palabra, es acción de poner en común, y los medios deben abordar los conflictos desde su verdadera profundidad, renunciar a cualquier tipo de uso propagandístico, espectacular, y eso es muy difícil en estos momentos, sobre todo en el mundo de la televisión, pero luego hay dimensiones de los medios de comunicación que se están despreciando, que es la reflexión profunda, el análisis, el pensamiento crítico. La libertad de expresión no es libertad de agresión.

-¿El Código Penal combate suficientemente la intolerancia?

-El Código Penal debe reformarse para la protección universal de la víctima. Yo creo que nos han ido haciendo caso poquito a poquito y se han ido incorporando distintos factores, pero no es suficiente. El Código Penal decimos que es la Constitución en negativo, porque la artículo 10 constitucional lo que defiende es la dignidad de la persona, y lo que defiende el artículo 14 es la igualdad de todos ante la ley. El Código Penal tiene que ser congruente con el artículo 10 y con el artículo 14, y en estos momentos no lo es, porque excluye una serie de factores de protección y por eso nosotros concluimos que está redactado de forma discriminatoria.

-¿A los políticos les llega este mensaje?, porque son ellos los que tienen que cambiarlo.

-Les llega porque alguno es muy pesado como es mi caso. Se lo he dicho al presidente del Gobierno, al ministro del Interior y se lo digo al Consejo General del Poder Judicial, y se lo digo a los partidos políticos y a los grupos parlamentarios, y estamos siempre en los medios de comunicación planteándolo. Pero yo creo que lo consideran un problema menor, y es un craso error porque este es ya un grave problema y va a ser un problema de futuro en un mundo con tanta mutación y tanto mestizaje, donde podemos enfrentarnos por cualquier cosa. Yo creo que es esencial esa ética del compromiso por la asunción del aprecio de la otra persona aunque no compartas el tema. No vale todo. El problema de las lógicas del mercado o de la política es que el objetivo competitivo es conseguir el poder o mayores ventas, pues no vale todo, necesitamos una mayor educación en valores, sobre todo el respeto a la dignidad y los derechos humanos y la tolerancia.

-¿Llegamos tarde?

-Nunca es tarde si la dicha es buena, pero en este tema hemos llegado muy tarde.