Educatolerancia
Unas 30.000 personas afrontan el invierno sin hogar y un
tercio de ellas sin ningún techo donde cobijarse
Coincidiendo con el Día Europeo de las Personas
Sintecho que se conmemora este martes, colectivos que trabajan en el ámbito de
la vivienda alertan sobre el crecimiento de los índices de sinhogarismo en
España
Fuente: Público
El frío no cambiará nada. Cuando los termómetros se
desplomen, aproximadamente 10.000 personas se verán obligadas
a seguir sobreviviendo en la calle. Sin techo. Sin hogar. Sin un sitio donde
cobijarse y sin una esperanza cierta de conseguirlo. Según estimaciones de organizaciones
médicas y sociales, la calle les pasará factura: la esperanza de vida de
quienes están y seguirán ahí fuera, sobre cartones, se reduce 20 años respecto
a quienes sí tienen una cama donde dormir y una casa en la que residir.
Coincidiendo con el Día Europeo de las Personas Sin
Hogar que se conmemora este martes, distintas organizaciones que trabajan
en este ámbito advierten sobre la gravedad de esta situación, al
tiempo que reclaman soluciones que pongan freno a este creciente drama social.
"La principal dificultad que tenemos es que no se
conocen datos exactos. La única encuesta específica que nos permitía conocerlos
es del Instituto Nacional de Estadística (INE) y se realiza
cada diez años, por lo que los últimos datos publicados son de 2012",
explica a Público Daniel Fábregas, responsable estatal
del programa Housing First de la Asociación Provivienda.
De acuerdo a los datos que manejan actualmente las ONG de
ese ámbito, en España hay entre 30.000 y 40.000 personas sin hogar, "de
las cuales se estima que 8.000 están durmiendo al raso", indica Fábregas,
quien advierte además sobre el impacto de "todo lo ocurrido estos años":
en otras palabras, a los efectos de la crisis económica se suman ahora
las consecuencias
sociales de la pandemia.
"Se dan ciertas paradojas. Por un lado, progresivamente
está aumentando la partida económica que se destina a atender a este colectivo,
pero al mismo tiempo vemos que el número de personas que están en situación de
sinhogarismo también aumenta", apuntó el portavoz de Housing First.
El 44% de las personas que viven en la calle llevan más de
tres años sin hogar
Maribel Ramos, subdirectora de la organización Hogar
Sí, aporta otra cifra preocupante: "El 44% de las personas que viven
en la calle llevan más de tres años sin hogar y presentan situaciones
cronificadas de sinhogarismo", mientras que "el 71% de las personas
sin hogar señala la pérdida del empleo y la falta de ingresos para el pago de
la vivienda como las principales razones por las que llegaron a esta
situación".
Para
acabar con el sinhogarismo, primero una casa: "Me dieron la oportunidad de
no seguir durmiendo en un cementerio"
JAIRO VARGAS MARTÍN
Las paradojas no terminan ahí. Cuando España tuvo
que confinarse por la pandemia, el drama de las personas que no tenían
donde ponerse a salvo del coronavirus despertó la atención de responsables
políticos e institucionales. Entonces hubo soluciones de urgencia que eran,
precisa y únicamente, de urgencia.
"En casi todos los lugares hubo entonces medidas para
atender a estas personas, demostrando que era posible dar solución a
quienes no tienen un hogar. Pasado ese estado de excepcionalidad, gran
parte volvió a la misma situación de partida: en la calle o haciendo uso de
recursos de emergencia para tratar de salvar su situación", relata
Fábregas.
"Plazas insuficientes"
Las organizaciones sociales denuncian precisamente que esta
atención de "emergencia" no permite afrontar el fondo del problema,
sino que acaba cronificándolo. "En nuestro país hay poco más de
20.000 plazas de alojamiento temporales, centros de acogida o
albergues, lo que quiere decir que aproximadamente hay más de 10.0000 personas
que literalmente no tienen ni siquiera un lugar de emergencia donde
dormir", afirma la subdirectora de Hogar Sí.
Las
personas sin hogar alojadas en centros disminuyen un 1,3% en los últimos dos
años
María Teresa Andrés, coordinadora del Grupo de
Vivienda de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión
Social (EAPN), destaca en tal sentido que "la alerta sanitaria por el
coronavirus ha puesto de manifiesto la importancia de la vivienda como un bien
de utilidad social, un pilar básico para que las personas puedan tener
garantizados derechos como la salud y el bienestar".
André considera que "los planes estatales de vivienda
tienen buenas intenciones, pero poca efectividad", al tiempo que subraya
que aún falta conocer la nueva Estrategia de Personas sin Hogar,
así como "si finalmente se desarrollará o no una estrategia para barrios
vulnerables y asentamientos".
En esa línea, Hogar Sí reivindica
precisamente que la nueva estrategia de sinhogarismo que impulse el Gobierno
"deber estar dotada de recursos para que deje de ser una mera guía de
recomendaciones y buenos propósitos y se convierta en una política pública con
verdadero carácter transformador".
Esperanza de vida
Mientras, el invierno vuelve y el drama muestra nuevamente
su rostro más cruel, con personas expuestas cada día y cada noche al intenso
frío. "Vivir en una chabola, en un edificio derruido, en la calle o bajo
un puente supone no solo la exposición a la lluvia o al frío, sino que también
implica la imposibilidad de conservación de alimentos o medicinas", señala
la portavoz del grupo de vivienda de EAPN.
Según datos de la organización Médicos del Mundo, las
personas sin hogar "ven reducida su esperanza media de vida en 20
años respecto el resto de la población", al tiempo que presentan
"entre 2 y 50 veces más problemas de salud físicos" que aquellas
personas que tienen una vivienda.
"Además, las condiciones de vida de este colectivo son
un agravante, dando lugar a enfermedades o cronificando las ya existentes. La
prevalencia de enfermedades como la tuberculosis o el VIH son elevadas en
relación al resto de la población", apunta Médicos del Mundo en su último
informe sobre este tema.
Destaca además que diversos estudios sobre salud mental
entre personas en situación de sin hogar realizados en España "sitúan la
tasa de esquizofrenia entre un 4% y un 13% y la de depresión
mayor entre un 2% y un 20%".
Desde Hogar Sí, Maribel Ramos añade que
"el sinhogarismo implica una violación de los derechos humanos de las
personas que lo sufren, empezando por el derecho a una vivienda adecuada y
siguiendo por el derecho a la vida, a la integridad física y moral, a la salud
o al trabajo".
Delitos de odio
Las vulneraciones no acaban ahí. De acuerdo a los datos
del Observatorio de Delitos del Odio contra Personas sin Hogar (HATEnto),
el 47% de las personas que se encuentran en esa situación han enfrentado actos
de ese tipo. El 87% de las personas implicadas en los incidentes y delitos de
odio eran hombres. En un 28,4% de los casos se trataba de jóvenes de fiesta, un
10,1% correspondió a cuerpos policiales y otro 7,3% estuvo a cargo neonazis.
Sus víctimas fueron siempre las mismas: personas sin un techo seguro bajo que
el dormir.