Recordamos a Sonia Rescalvo, mujer trans brutalmente asesinada en el Parque de la Ciutadella, en Barcelona, el 6 de octubre de 1991 por un grupo de neonazis. No te olvidamos Sonia.
¡Stop Transfobia! ¡Stop Crímenes de Odio!
Recordamos a Sonia Rescalvo, mujer trans brutalmente asesinada en el Parque de la Ciutadella, en Barcelona, el 6 de octubre de 1991 por un grupo de neonazis. No te olvidamos Sonia.
¡Stop Transfobia! ¡Stop Crímenes de Odio!
Tras la caída del Muro de Berlín (1989) y la unificación de Alemania, emergió un grave movimiento racista y neonazi, relativamente sumergido hasta el momento, cometiendo numerosos crímenes xenófobos y de intolerancia criminal y extendiéndose por Europa, especialmente vía de los Ultras en el ámbito del Futbol. En España generados en la década de los 80, y no neutralizados por las instituciones democráticas, causaron crímenes de envergadura, como mostraron los sucesos protagonizados por la organización neonazi Bases Autónomas y por otros grupos, muchos alimentados ideológicamente por CEDADE hasta su disolución y en una dinámica de desarrollo que justificaba y propiciaba el antisemitismo, el racismo y otras formas de intolerancia, en diversos puntos del país, en especial de la denunciada Librería Europa en Barcelona, donde se desarrollaron numerosas actividades que en esa época no eran perseguidas.
Uno de los principales referentes del neonazismo, el general de las Waffen SS León Degrelle que vivía plácidamente en Málaga, manifestó a los medios de comunicación que “el Holocausto no existió, fue un invento de los judíos para obtener dinero de los alemanes”.
Violeta Friedman, sobreviviente de Auschwitz, secuestrada junto con su familia por los nazis, le denunció y expresando que el nazismo había asesinado a sus padres, a sus abuelos, a millones de personas y que no consentiría que los falsificadores de la historia quedaran impunes. Tras una muy dura batalla jurídica, donde recibia amenazas y acoso en la misma puerta de los Tribunales, Violeta consiguió una victoria histórica en Espña, con la Sentencia del Tribunal Supremo (11.11.1991), presidido por Francisco Tomás y Valiente (posteriormente asesinado por ETA).
Noticias de Gipuzcoa.- Después de 25 años, Esteban Ibarra aún se emociona al recordar el asesinato de Aitor Zabaleta, la dureza de los dos juicios siguientes, la gran amistad que acabó uniéndole al padre de Aitor –fallecido en 2017–, o las consecuencias que tuvo para él involucrarse en todo aquello. El presidente de Movimiento contra la Intolerancia asegura que aquellos acontecimientos estuvieron muy presentes en la redacción posterior de la Ley contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte, aunque también lamenta los vacíos de la legislación. Ibarra, por ejemplo, siente que no se contemplase el origen territorial del seguidor txuri-urdin, o su identidad deportiva, como agravantes por su asesinato.
P.¿Cómo recuerda el asesinato de Aitor Zabaleta?
R.–Fue una noche trágica y unos días terribles. Nosotros habíamos advertido de la presencia de grupos ultras en el espacio del Atlético de Madrid, y en otros sitios. Estas advertencias venían precedidas de los crímenes de odio que dieron lugar al nacimiento de Movimiento contra la Intolerancia. En 1992 un grupo de neonazis asesinó a Lucrecia Pérez. Este grupo era Bases Autónomas. Los que se ubicaban en la zona del Atlético era una evolución de este grupo. Habíamos observado que en Anoeta –en un partido entre la Real y el Atlético– había salido por televisión un grupo de nazis en la grada, con una bandera nazi y haciendo el saludo hitleriano. Nosotros dijimos “Esto está muy activo, cuidado”. Y esa noche fatídica nos vino la confirmación de la dureza y de la crueldad del crimen de Aitor Zabaleta.
P-Movimiento contra la Intolerancia se personó en los dos juicios derivados de los hechos que condujeron al asesinato de Aitor.
R–Queríamos luchar contra los nazis y personarnos como acusación popular. Tuvimos una reunión el padre de Aitor, Javier, y ahí se inició una relación que con el tiempo culminó en una amistad muy profunda –hasta el fallecimiento de Javier en 2017–. Para mí, –recuerda emocionado–, el asesinato de Aitor Zabaleta fue una bandera que me dio fuerzas para luchar contra los grupos ultra del fútbol. Los juicios que vinieron después marcaron una etapa de casi una década. Libramos una batalla tremenda en Madrid. El asesinato de Aitor Zabaleta fue el 8 de diciembre de 1998. El juicio de Ricardo Guerra fue en marzo de 2000, y el juicio a Bastión , en septiembre de 2005. Y la Ley contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte salió el 11 de julio de 2007. Esa ley, en cuya redacción participé, estuvo marcada por la reclamación de justicia por el asesinato de Aitor Zabaleta. Fue una época muy dura, en la que se avanzó en la represión de los grupos ultras y se consiguió sacar adelante esta ley. Cuando fui al Senado a defender esta propuesta, lo primero que hice fue recordarle. Esa Ley era un homenaje póstumo a Aitor Zabaleta.
P-Solicitaron que se ampliara el número de acusados por el asesinato de Aitor Zabaleta…
R–El asesinato de Aitor Zabaleta fue un ataque planificado en el que participaron cerca de 40 personas. A Aitor le rodearon entre cuatro personas y Ricardo Guerra es el que le apuñaló en el corazón. Pero luego esto se disoció en el juicio por asesinato y en el juicio por desórdenes públicos. Ahí tuvimos un enfrentamiento con la Fiscalía, porque pedíamos que se juzgara a todo el grupo que se había implicado en el asesinato. Y –en el juicio contra los otros miembros de Bastión– pedimos que se les procesara, además de por desórdenes públicos y por resistencia a la autoridad, por asociación ilícita. La asociación ilícita era clave, y la fiscalía no quiso realizar esa acusación. El juicio a Bastón me dejó muy mal sabor de boca.
¿Qué hubiera supuesto la acusación por asociación ilícita?
–Por desórdenes públicas les cayó un año y pico. Nosotros pedíamos tres años por asociación ilícita, y hubieran ido a la cárcel. Tampoco había entonces una cultura en torno a los delitos de odio. Ya se había producido la reforma del Código Penal de 1995, con un artículo muy reivindicado por Movimiento contra la Intolerancia, y lo que queríamos es que se aplicara. Se ha aplicado en otros grupos neonazis de carácter internacional, pero en este no se aplicó. La condena fue muy benévola. La fiscalía dijo que no había tal asociación, cuando había habido una acción planificada y organizada, con 40 sujetos atacando a un grupo de vascos que se había adelantado. Porque el autobús del grupo de Aitor Zabaleta llegó antes de tiempo, y por eso pudieron atacarles prácticamente sin gente.
P-También denunciaron trabas para la investigación…
R–Había que haber investigado más el carácter organizativo de Bastión. Y también había que investigado más el asesinato de Aitor, porque fue rodeado por cuatro personas. Interpretábamos que había un nivel de colaboración de los otros, porque le estaban cerrando la salida, aunque pudieran no saber que el otro iba a sacar un estilete y apuñalarlo en el corazón. La Brigada de Tribus Urbanas hizo una buena declaración en el juicio y fue el fiscal el que dijo que eso –de Bastión– era solo una pancarta, como si las pancartas se hicieran solas. Era como una cosa del fútbol. Pero que nadie se equivoque. Eran neonazis en el fútbol. No eran aficionados, eran unos neonazis que habían matado en el fútbol. Aquí todo el mundo se pone medallas pero, en el juicio a Bastión, Javier y yo estuvimos más solos que la una. Aunque él decía siempre que cuando venía a Madrid la gente lo reconocía, todos los taxistas le decían “Estamos contigo”, y eso le daba mucha fuerza.
Finalmente, Ricardo Guerra fue juzgado como el único autor…
–El autor era Ricardo Guerra, pero había otros tres con él y nosotros interpretamos que fueron cuatro contra uno, pero la juez estimó que no tuvieron relación con la agresión.
Guerra fue condenado a 17 años. ¿Cree que se hizo justicia?
–Nosotros pedíamos lo máximo, una pena de 20 años. Queríamos que se contemplara como circunstancia agravante el origen territorial y no lo aceptaron. Es un déficit que no entiendo. Siempre lo pongo como ejemplo en mis charlas sobre delitos de odio. ¿Por qué no está el origen territorial dentro las circunstancias agravantes? Si lo hubiera estado, nuestra tesis, que conllevaba una sentencia de 17 a 20 años, se hubiera tenido que contemplar necesariamente.
P-En el asesinato a Aitor Zabaleta, por tanto, había un componente claro de odio hacia los vascos…
R–Sí. Fue su condición de seguidor de la Real y de vasco lo que estimuló ese ataque organizado por Bastión. Tuvo un componente doble. A raíz del asesinato de Aitor Zabaleta pedimos que se incorporaran esas dos circunstancias agravantes, la identidad deportiva y el origen territorial, y no nos han hecho caso. Sigue siendo una reivindicación que planteo cada vez que puedo abrir la boca. Una, la identidad deportiva, que nunca se incorporó y que es fundamental. Y la otra cosa era el origen territorial: decían “A por los vascos”. Por eso digo que el juicio personalmente me dejó muy marcado. De hecho, ha condicionado todo mi discurso sobre los delitos de odio. La defensa que hice de la Ley contra el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte lleva el espíritu de la reivindicación de Aitor Zabaleta.
El 16 de diciembre de 2005 fue asesinada en Barcelona María del Rosario Endrinal. Rosario era una persona sin hogar que fue quemada viva cuando dormía en el interior de un cajero de una banco por un grupo de jóvenes, los cuáles, después golpearla y humillarla regresaron al mismo lugar minutos más tarde y rociaron el habitáculo con disolvente para, posteriormente, tirar una colilla y provocar la deflagración que causó su muerte.
En su Memoria: NUNCA MÁS, STOP APOROFOBIA
El 9 de diciembre de 1.998, trágico día en el que un seguidor de la Real Sociedad, Aitor Zabaleta, moría asesinado en Madrid de una puñalada en el corazón que le había asestado un neonazi, tras una emboscada contra los donostiarras organizada por el grupo ultra Bastión.
24 años después no te olvidamos Aitor
Hoy recordamos a Carlos Javier Palomino asesinado el 11 de noviembre de 2007 en Madrid. Era antifascista y fue asesinado por ello cuando tenía 16 años. Este acto homicida fue un crimen de odio ideológico. La memoria existirá y el recuerdo de los hechos será siempre acreditado por las imágenes del vídeo de las cámaras del metro, aun tristemente presentes en nuestra retina.
Nunca más. Quince años después, no te olvidamos Carlos.
El joven angoleño Augusto Ndombele Domingos fue asesinado el 20 de julio de 2002 en Alcorcón con dieciséis años. Fue apuñalado en el corazón por un portero de discoteca en Costa Polvoranca. El asesino acudió al lugar de los hechos alertado por un neonazi que cumplía condena por dos homicidios frustrados, pero que ese día estaba de permiso penitenciario. Este hombre apareció muerto en extrañas circunstancias dos días después.
Siempre en nuestra Memoria, no te olvidamos.
David Emilio González Rubio fue asesinado en Madrid el 20 de enero de 1996 de una puñalada en el corazón a los 20 años de edad, por una agresión de cabezas rapadas y tras ser perseguido por tres neonazis armados. La Policía centró sus investigaciones en el grupo neonazi Nueva Guardia, relacionado con el Frente Atlético y que acabaría convirtiéndose en Bastión.
26 años después, no te olvidamos David Emilio.
El 16 de diciembre de 2005 fue asesinada en Barcelona María del Rosario Endrinal. Rosario era una persona sin hogar que fue quemada viva cuando dormía en el interior de un cajero de un banco por un grupo de jóvenes, los cuáles, después golpearla y humillarla regresaron al mismo lugar minutos más tarde y rociaron el habitáculo con disolvente para, posteriormente, tirar una colilla y provocar la deflagración que causó la muerte de la mujer. En su Memoria: NUNCA MÁS, STOP APOROFOBIA.
Se llamaba Lucrecia Pérez Matos, una mujer dominicana que había venido a España para que su hija pudiera estudiar y buscar una vida más digna que la que dejaba atrás en su tierra. Quería salir de la miseria de su país y decidió venir a España para lograr esa mejor vida y enviar dinero a su marido y a su hija y posibilitar que Kenia, nombre de su niña, pudiera estudiar. Y en esa búsqueda no encontró la felicidad anhelada sino que se topó bruscamente con la muerte anticipada a manos de unos fanáticos racistas. La muerte de Lucrecia fue el primer asesinato en España reconocido como racista. Sucedió mientras cenaba cuando cuatro encapuchados en Aravaca y la emprendieron a tiros. Lucrecia recibió dos disparos, uno de ellos, mortal, le llegó hasta el corazón. Con 32 años y tan solo un mes y medio en España, unos fanáticos asesinos le truncaron sus sueños, destruyeron una familia y le arrebataron la vida.
Su llegada a España fue difícil y costosa. Gastó todos sus ahorros y los de su familia en un viaje desde Santo Domingo a Nueva York pasando por París y terminando en Bilbao hasta poner rumbo a Madrid. Era la única forma “legal” de llegar a esa especie de Tierra Prometida evitando la deportación.
Nada más llegar a Madrid empezó a trabajar como empleada doméstica pero al poco se quedó sin ese empleo. Ello la obligó a vivir en la calle. En co mpañía de otras jóvenes dominicanas se hacinaron en los restos de una antigua discoteca en desuso, la FourRoses. Ya por entonces comenzaba en España los primeros signos de racismo.
Un 13 de noviembre de 1992 un Guardia Civil de ideología neonazi y de 25 años salió en pandilla de “cacería” y en la de Plaza de los Cubos, junto a las ruinas de la discoteca mencionada, quisieron “dar una lección a los negros". Una vez “avistadas la piezas”, el guardia civil y los tres acompañantes dispararon de manera indiscriminada contra el grupo dominicanos que cenaban una sopa con solo la luz de una vela. Tras la fechoría se dieron a la fuga en un turismo que les esperaba, Lucrecia agonizaba y al poco falleció. En su “batida”, los cazadores de negros también hirieron de gravedad a Porfirio Elías, otro dominicano.
Su hija, Kenia, con el tiempo se hizo mayor y milita en el Movimiento contra la Intolerancia. “No todos mataron a mi madre; fueron cuatro”, ha dicho en distintas ocasiones. Hoy se realizarán distintos actos en su recuerdo, Especialmente en Aravaca, donde cada año se realizan homenajes. Veintinueve años después del crimen, Lucrecia continua viva para todos los que defienden una sociedad libre y sin racismo. Pero los vientos de odio y xenofobia, triste y de manera preocupante no solo han vuelto sino que soplan con más fuerza y están más activos.
COMUNICADO SOBRE LOS ACONTECIMIENTOS EN CHUECA:
18 de septiembre de 2021.
Movmiento contra la Intolerancia denunció al grupo de música radical 'Pugilato', que se afirmaba podría estar liderado" por el acusado "y al que se atribuía la difusión de discurso de odio, fundamentalmente homófobo y xenófobo" en uno de sus videoclips.
La fiscal considera que una de las canciones del grupo 'Pugilato' realiza "una defensa de la ideología fascista" y expone que el denunciado publicó en redes mensajes de apoyo al supremacista blanco que atentó en Nueva Zelanda. La Justicia ha dictado auto de apertura de juicio oral por estos hechos
La Fiscalía de Marbella (Málaga) pide cuatro años de cárcel y diez años de inhabilitación para A.G.J., al que acusa de un delito de provocación al odio y a la discriminación y de otro delito de enaltecimiento o justificación de delitos de odio. En su escrito de acusación el Ministerio Público recoge varios tuits que considera que "manifiestan de forma inequívoca su desprecio y animadversión hacia los inmigrantes", "asimilándolos a delincuentes". En otro de esos mensajes el denunciado se refiere como "camarada" —destaca la fiscal— al supremacista blanco que atentó en 2019 en dos mezquitas de Nueva Zelanda asesinando a 51 personas.
La causa se abrió tras una denuncia de la asociación Movimiento contra la Intolerancia ante el Ministerio Público por uno de los videoclips del "grupo de música radical 'Pugilato', que se afirmaba podría estar liderado" por el acusado "y al que se atribuía la difusión de discurso de odio, fundamentalmente homófobo y xenófobo", expone la fiscal. "En efecto, la letra de la canción 'Democracia' puesta en relación con las imágenes que se iban mostrando, de manera que se ponía de manifiesto la hostilidad del mensaje en relación, sobre todo, a los colectivos de migrantes y una defensa de la ideología fascista", continúa el escrito fechado el 29 abril.
Investigación policial de las redes sociales
A la denuncia de Movimiento contra la Intolerancia le siguió una investigación policial que "puso de manifiesto que al menos desde agosto de 2018 hasta marzo de 2019" el acusado "habría venido publicando a través de su perfil" en Twitter "decenas de mensajes en los que manifiesta de forma inequívoca su desprecio y animadversión hacia los inmigrantes de etnias magrebíes o latinoamericanas o a los gitanos", "asimilándolos a delincuentes y de forma idónea para generar sentimientos de hostilidad y discriminación hacia los mismos, justificándose además la realización de actos violentos frente a dichos colectivos", reseña la fiscal. Ante este escrito, un juzgado de instrucción de Estepona (Málaga) dictó el 11 de mayo un "auto de apertura de juicio oral por los delitos de provocación al odio y a la discriminación en concurso ideal con un delito de enaltecimiento o justificación de delitos de odio", aseguran desde el departamento del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía
El Tribunal Supremo condenó en diciembre a A.G.J., junto a otras tres personas más, a un año de prisión, tal y como publicó la Cadena Ser. En la sentencia emitida los magistrados sostuvieron que las letras de las canciones que tocaron en un concierto en la sala Kon-Fusión Sabadell en 2010 contenían "expresiones supremacistas de desprecio contra individuos de determinados grupos, por el mero de formar parte de una colectividad que no se tolera". En el momento de los hechos A.G.J. era cantante de 'Más que Palabras', cuando se emitió el fallo del Alto Tribunal ya estaba al frente de 'Pugilato', informó la citada emisora.
Este fallo ratificó como hechos probados que el acusado era líder y miembro permanente del grupo 'Más que Palabras', que actuó en el concierto investigado como banda telonera. Los asistentes a ese evento tenían "estética skinhead, exhibiendo simbología propia del régimen nacional socialista como esvásticas y cruces gamadas, algunas de ellas con antecedentes policiales por agresiones a causa de motivación ideológica", expone el fallo. "Durante la interpretación de las canciones y al finalizar cada una de ellas, el público coreaba Sieg Heil, Sieg Heil, Sieg Heil, Sieg Heil", continúa la sentencia.
Condenado por el Supremo
El grupo del acusado "interpretó varias canciones con trasfondo común referidas a la supremacía de la raza blanca y consiguiente discriminación de personas que no pertenecen a dicha raza con la finalidad de extender el odio y la violencia como consecuencia de la xenofobia y antisionismo", añade la sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona, ratificada en diciembre por los magistrados del Supremo. "El grupo Pugilato tiene canciones muy agresivas que promueven distintas formas de intolerancia", destaca Esteban Ibarra, presidente de Movimiento contra la Intolerancia, que explica que la denuncia por delito de odio no se realiza "por la ideología del sujeto, sino por lo que puede promover en términos de incitación".
En la causa que mantiene abierta A.G.J., la representante del Ministerio Público destaca en el escrito emitido en abril más de una decena de tuits "ofensivos y vejatorios" hacia los colectivos señalados. "¿Qué más tiene que ocurrir para levantar un muro forrado de ametralladoras?", recoge uno de ellos, que fue publicado en agosto de 2018 "tras un intento de varios inmigrantes para saltar la valla de Ceuta", explica la fiscal. "Hace ya unos cuantos años, un hombre decidió enfrentarse de verdad al enemigo del pueblo, se llamaba Adolf Hitler", es otro de los mensajes investigados por la Fiscalía.
Entre los hechos relevantes reseñados en abril por la fiscal, se detalla que "inmediatamente después del atentado a dos mezquitas en Nueva Zelanda" en el que murieron 51 personas, perpetrado en marzo de 2019 por el supremacista blanco australiano Brenton Tarrant, el acusado "se refiere al autor como un 'camarada' y afirma que 'combatir el terrorismo no puede ser nunca calificado como terrorismo, sino como autodefensa".
Fiscalía solicita el cierre de su perfil en Twitter
Tarrant, como recuerda la fiscal, "tenía escrito en el cargador del arma que utilizó para cometer los asesinatos el nombre Josué Estébanez", condenado a 26 años de prisión por asesinar al joven antifascista de 16 años Carlos Palomino de una puñalada en el pecho en 2007 en el Metro de Madrid. El acusado aludió al asesino de Palomino, en un tuit publicado en noviembre de 2018 "en el que "afirmaba: 'Josué Estébanez, once años en prisión por defender su vida", expone la representante del Ministerio Público, "aun a sabiendas de ser falso".
Por lo tanto, la fiscal concluye que estos hechos son constitutivos de un delito de provocación al odio y a la discriminación y de otro de enaltecimiento o justificación de delitos de odio. Y defiende que procede imponerle una pena de cuatro años de prisión, una multa de 3.300 euros y una "inhabilitación especial para profesión u oficio educativos, en el ámbito docente, deportivo y de tiempo libre por tiempo de diez años". Asimismo, ha requerido que se cierre el perfil del acusado "que ha venido utilizando" en Twitter, "así como la eliminación de todos los comentarios ofensivos que se recogen en el atestado policial".