El fanatismo identitario radicado en la cristianofobia se ha cobrado una nueva matanza de víctimas inocentes en Nigeria. En torno a 100 personas han sido asesinadas en Nigeria en un ataque llevado a cabo por hombres armados en plena misa de Pentecostés en la iglesia de San Francisco Javier, en el estado sureño de Ondo, donde un grupo de cinco personas comenzó a disparar de modo indiscriminado tanto dentro del templo como en los alrededores, y explosionó una bomba, antes de secuestrar al sacerdote y a un grupo de fieles.
Las características del ataque -centrado en los fieles católicos, en una de las celebraciones religiosas más importantes del año- nos lleva a pensar que esta matanza es un crimen de odio terrorista cometido por un grupo fanático anti-católico, como sucede con los grupos integristas sanquinarios tipo Boko Haram, que tratan de amedrentar así a las poblaciones cristianas para que huyan antes de proclamar un ‘califato’ en ese territorio.
Sea quien sea, hubo selección por cristianofobia, fueron fanáticos integristas violentos, pues no aceptan la libertad y pluralidad religiosa y violan criminalmente los Derechos Humanos.
Nuestro Gobierno de España y la Instituciones europeas e internacionales, junto con los demócratas de este mundo, no pueden ponerse de perfil ante esta nueva matanza criminal, exigiendo el cumplimiento de los derechos humanos y la erradicación de estos grupos criminales que no dudan en su actividad sanguinaria.
Movimiento contra la Intolerancia llama a la solidaridad con las víctimas de la cristianofobia, dimensión de la intolerancia que por desgracia pasa desapercibida en muchas instituciones y debe de contemplarse al máximo nivel, al igual que se hace con las víctimas de la islamofobia y el antisemitismo, así como de todo delito de odio por intolerancia religiosa.