El Observatorio Cívico de la Violencia Política en Cataluña (OCVPC), integrado por las asociaciones Impulso Ciudadano y Movimiento contra la Intolerancia, alerta sobre el incremento de expresiones de odio ideológico en vísperas de la Diada, que se celebra el 20 de septiembre, y del aniversario del referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017, y reclama a los poderes públicos «más compromiso» para la erradicación de los incidentes de odio.
El Observatorio realiza informes en los que recopila los incidentes relacionados con la violencia política y el odio ideológico cometidos en esta comunidad, y viene denunciando que «los comportamientos violentos en cualquiera de sus manifestaciones, ya sean actos o agresiones físicas, amenazas verbales, manifestaciones hispanófobas, llamamientos explícitos al enfrentamiento, se han convertido en moneda habitual del enfrentamiento político en Cataluña».
Según el último informe de esta entidad, creada por Movimiento contra la Intolerancia e Impulso Ciudadano, presididas por Esteban Ibarra y José Domingo, respectivamente, y coordinada por Carlos Silva, en 2020 se registraron 380 incidentes de violencia política y odio ideológico en Cataluña, 122 de ellos de hispanofobia.
El informe incorpora en el Anexo un análisis de Esteban Ibarra sobre la intolerancia, discriminación, discurso de odio y violencia en Cataluña.
El Observatorio ha advertido hoy de «la extrema peligrosidad de la dinámica de incidentes de odio ideológico». Subraya que «una sociedad democrática y un Estado de Derecho no pueden normalizar la violencia política y el odio ideológico en cualquiera de sus manifestaciones como una vía legítima y recurrente para la expresión de ideología o la consecución de objetivos políticos».
Señala que «un año más, la Diada del próximo 11 de septiembre parece que va a marcar en Cataluña el inicio del calendario de tensión política y de reivindicación independentista que, previsiblemente, tendrá su momento álgido, como viene ocurriendo desde el 2017, en torno al 1 de octubre y la conmemoración del fallido referéndum ilegal».
Manifiesta que ya es habitual que estas dos fechas se estén viendo precedidas «por una estrategia desde las instituciones y organizaciones secesionistas dirigida a tensionar la sociedad catalana de cara a un nuevo otoño de enfrentamiento».
Destacan que «se suceden las declaraciones imprudentes e irresponsables de cargos políticos».
«Es el caso de un concejal que manifiesta en Twitter la necesidad de 10.000 soldados rusos o catalanes para sacar adelante la independencia de Cataluña; del expresidente prófugo de la Generalitat llamando a la confrontación con el Estado y expresando la necesidad de luchar desde las calles para lograr ese mismo objetivo», precisa el Observatorio.
Asimismo, señala que «se repiten los ataques a sedes de partidos políticas y las pintadas con amenazas a cargos electos constitucionalistas; y que Arrán, las CUP y el entorno del independentismo radical vuelven a convocar concentraciones y Diadas “paralelas” en la Plaza Urquinaona, epicentro de los estallidos de violencia sucedidos en Barcelona durante los últimos años».
«Ante la gravedad de este escenario, y para evitar males mayores», desde el Observatorio Cívico de la Violencia Política en Cataluña reclaman a los poderes públicos que «conciencien a la población y persigan cualquiera forma de violencia e intolerancia».
«En Cataluña la condena explícita de los actos de violencia política en su distintas manifestaciones debe ser una prioridad», reivindica.
También exige que las instituciones y sus representantes «acaben con una actuación demasiado complaciente o amistosa con grupos y personas independentistas que aprovechan el aniversario del 11 de septiembre o del 1 de octubre para manifestar su odio ideológico contra el adversario político».
En especial, pide una «actuación decidida y firme de las Fuerzas de Seguridad para frenar las agresiones y coacciones que bajo el disfraz de la libertad de expresión o derecho de protesta pretenden coartar los derechos y libertades fundamentales de aquellos que piensan de manera diferente.»
Reivindica, una vez más, «la democracia entendida como un espacio de convivencia y tolerancia frente a aquellos que quieren convertirla en un campo de enfrentamiento violento y de amenaza al discrepante como antesala hacia un modelo social totalitario completamente inaceptable».
El Observatorio desea que las recientes convocatorias llevadas a cabo por organizaciones independentistas y formaciones antisistema «no sirvan de plataforma para la organización de actos violentos contra las Fuerzas de Seguridad, las personas y entidades constitucionalistas y la sociedad en general».
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