Fuente: CONFILEGAL
En los últimos años venimos observando cómo los cambios sociales, los retos futuros y los problemas más perentorios no estaban recibiendo una respuesta claramente satisfactoria por parte de nuestros representantes políticos, más preocupados por sus propias cuitas que por dar respuestas a las necesidades de toda la ciudadanía, generando tensiones y divisiones en vez de cohesionar y unir esfuerzos, y ampliando cada día más esa lejanía entre los ciudadanos y su propia clase política.
Así lo confirma los últimos barómetros del CIS, dónde los ciudadanos sitúan a los políticos y la clase política como segundo principal problema de España, por encima incluso del paro y la economía.
Están mal valorados.
La sociedad está desilusionada.
Es claro pues, que a lo largo de los años, esa lejanía entre elector (votante) y el elegido (representante político) es hoy más visible y más recóndita que nunca.
LA DEMOCRACIA ESPAÑOLA, DAÑADA ESTRUCTURALMENTE
Tras este largo y fructuoso período de vigencia de nuestro actual marco constitucional, nadie puede negar que el gran edificio de la actual democracia española, sufre de daños estructurales muy importantes tan propios del desgaste del paso del tiempo, como del sufrimiento en el constante desgaste de sus estructuras básicas al que se ha visto sometido por las tensiones provocadas por quienes, aprovechando las grietas propias de lo imperfecto, ponen en peligro los pilares básicos en los que se sustenta, todo ello con el fin de provocar su derrocamiento
Pero como en toda crisis, se abren ventanas de oportunidades y por eso el pasado día 3 de diciembre presentamos en sociedad una plataforma ciudadana llamada «#Otra ley electoral», (#OLE) que pretende recabar el apoyo de la ciudadanía para abrir el debate de la reforma electoral
El movimiento, que tiene aparejada la firma de una petición a través de la plataforma change.org (no es una ILP) y que ya aglutina a un numeroso grupo de intelectuales y profesionales de diferentes ámbitos sociales, lo es con la ambición de hacerlo extensible a la gran mayoría de ciudadanos de este país
El planteamiento inicial de los impulsores es poner en la agenda política esa reforma electoral poniendo en tela de juicio la necesidad de que el sistema electoral ofrezca mejoras que redunden en un sistema más justo y con los mejores representantes.
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