Violeta Friedman ante de cumplir los 14 años fue deportada, con otros miembros de su familia, a Auschwitz-Birkenau, del que tuvo la suerte de salir con vida.
Durante seis años se enfrentó en los tribunales contra el general nazi Leon Degrelle, fundador del Partido Rexista Belga, exiliado en España, consiguiendo la victoria en el Tribunal Constitucional en 1991.
Se convirtió en una activista contra el olvido, haciendo una brillante defensa de los Derechos Humanos y luchando contra toda manifestación de intolerancia, xenofobia, odio y fanatismo. En el año 1996 fue nombrada presidente de Honor de Movimiento contra la Intolerancia y su legado continúa.
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