Todos los años el 20 de
Junio se celebra el Día Mundial del Refugiado, en reconocimiento a las personas
que sufren el desarraigo por estar perseguidas por motivos políticos,
religiosos, étnicos o por pertenecer a un grupo social cuyos derechos
fundamentales no son respetados. En torno a esa fecha se recuerda a la sociedad
la importancia de su solidaridad y a las instituciones el deber de cumplir con
el Convenio Internacional de Ginebra, aprobado en 1951, de protección de los
derechos de los refugiados frente a la intolerancia criminal.
El asilado no es un inmigrante, sino que es una persona que se ve obligada a desplazarse de manera forzosa por el mundo. Según el INFORME 2014 de CEAR, en Enero de 2013, la escandalosa cifra de 45,2 millones de personas vivían lejos de sus países para no perder la vida, huyendo de las guerras como la de Siria y de las graves violaciones de los derechos.
El asilado no es un inmigrante, sino que es una persona que se ve obligada a desplazarse de manera forzosa por el mundo. Según el INFORME 2014 de CEAR, en Enero de 2013, la escandalosa cifra de 45,2 millones de personas vivían lejos de sus países para no perder la vida, huyendo de las guerras como la de Siria y de las graves violaciones de los derechos.
La historia está repleta
de personas refugiadas, algunas ilustres como Einstein, Freud, Isabel Allende, Rigoberta
Menchú, María Zambrano…. otros humildes, pero todos y todas igual de importante
para la sociedad, por ello es el momento de llevar a cabo actuaciones
integrales para proteger la vida y
derechos de las personas refugiadas