El 13 de Julio de 1997 Miguel Ángel Blanco fue ejecutado por la banda terrorista ETA. Sin duda es una víctima del terrorismo, igual que las demás personas asesinadas por la sinrazón y la barbarie terrorista. Pero también es un símbolo que a través del dolor compartido nos unió, nos reforzó y nos ayudó en la lucha por la libertad, los Derechos Humanos y la convivencia democrática en España. Fue un antes y un después, porque permitió que juntos defendiéramos, por encima de ideologías, partidismos y creencias, que había que acabar con el terrorismo: nacía el espíritu de Ermua.
Lo peor que le ha sucedido a la España Democrática ha sido la existencia y la acción criminal de ETA. Con el asesinato de Miguel Ángel Blanco no sucedió lo que denunciaba el historiador romano Tácito: «Unos cometieron el crimen, el horror; algunos más lo aplaudieron y todos lo consintieron». Para decencia moral nuestra, los pueblos de España no lo consintieron, nos unimos contra el terror, contra la barbarie, nos dignificamos ante las víctimas. ¡Junt@s vencimos al terror!
Siempre con las víctimas de todo terrorismo. En su memoria: Nunca más.
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