miércoles, 16 de noviembre de 2016

16-Nov Día Internacional para la Tolerancia

Hoy más que nunca, en defensa de la Tolerancia

Vivimos tiempos difíciles para la defensa de la dignidad de las personas y la universalidad de los derechos humanos como  nos muestran los crímenes de odio en todo el planeta, las guerras y el fanatismo,  las pulsiones política y sociales en sucesivas respuestas electorales alimentadas por intereses de dominio y en general,  por la intensificación actual de actos de intolerancia, violencia, terrorismo, xenofobia, nacionalismo agresivo, racismo, antisemitismo, islamofobia, misoginia y sexismo, LGTBIfobia exclusión, marginación y discriminación perpetrados contra minorías sociales, étnicas, nacionales,  religiosas y lingüísticas, contra los refugiados e inmigrantes,  así como por los actos de violencia e intimidación contra personas que ejercen su derecho de libre opinión y expresión, grupos vulnerables o personas en riesgo,  y todo se reduce a una síntesis: la Intolerancia amenaza al Mundo
Frente a esta realidad hay quien opina que la Tolerancia, defendida desde tradiciones humanistas siglos antes de su notoriedad ilustrada, debe ser enterrada o lo que es lo mismo hay instituir el “todos contra todos” y el “vale tudo” hasta la “solución final” cuyo resultado no puede ser otro, sostenemos quienes no pierden el sentido común,  más que la “destrucción mutua asegurada”.  Malos tiempos para la lírica y para la Tolerancia que aunque difícil de practicar y mas desde concepciones patriarcales y machistas, es algo más que retórica, es una exigencia práctica, ética y jurídico-política frente a quienes están empeñados en la mundialización  del odio para asegurar su dominio. Hace tiempo que lo afirmó Naciones Unidas, la UNESCO y en especial la Declaración Universal de Derechos Humanos que en su artº26  reclama educar en la Tolerancia y en el mundo actual, es más esencial que nunca. Nuestra época de globalización de la economía y  aceleración de la movilidad, de  comunicaciones instantáneas y de interdependencia, de grandes flujos migratorios y desplazamiento de poblaciones, de urbanización y la transformación social acelerada, esta caracterizada por su diversidad, por  la intensificación de la intolerancia y de los conflictos, con grandes amenazas  potenciales en todas las regiones.
Sin embargo persisten confusiones lingüísticas y eslóganes que no ayudan confundiendo este valor con permisividad de lo inaceptable o degradando su carga proactiva al sustituirla por un simple respeto necesario. Es bastante más, mucho más.  Como estableció la Declaración de Principios de la Unesco  (1995), “la Tolerancia consiste en el respeto, la aceptación y el aprecio de la rica diversidad de las culturas de nuestro mundo, de nuestras formas de expresión y maneras distintas de manifestar nuestra condición humana”. Posibilita la unidad desde la diversidad, fundamentada en personas libres de  igual dignidad y derechos pues busca la armonía en la diferencia y no sólo es un deber moral, sino además una exigencia política y jurídica. Supone el rechazo del dogmatismo, el fanatismo y del absolutismo  y significa que toda persona es libre de adherirse a sus propias convicciones y acepta que los demás se adhieran a las suyas. Significa aceptar el hecho de que los seres humanos, naturalmente caracterizados por la diversidad de su aspecto, su situación, su forma de expresarse, su comportamiento y sus valores, tienen derecho a vivir en paz y a ser como son.
Y no hay que equivocarse, como dice la Declaración, porque “Tolerancia no es lo mismo que concesión, condescendencia o indulgencia y practicarla no significa tolerar la injusticia social, ni renunciar a las convicciones personales o atemperarlas y en ningún caso puede utilizarse para justificar el quebrantamiento de los derechos humanos”. Sin Tolerancia es imposible la convivencia democrática, ni existe posibilidad de concordia y la libertad, la igualdad, la justicia y la solidaridad, pasan a ser quimera, como bien se sabía tras el genocidio nazi y las guerras mundiales cuando se asigno a la Carta de Naciones Unidad el deber de promover la Tolerancia y la Paz. Que falso ha sido el comportamiento de los poderes instituidos. Sin embargo los farsantes no pueden evitar la fortaleza de este valor porque la Tolerancia es la responsabilidad que sustenta los derechos humanos, el pluralismo y afirma las normas establecidas por los instrumentos internacionales relativos a la democracia y a las libertades y derechos fundamentales. Es una actitud activa de  reconocimiento a los demás, es  la virtud que hace posible la paz, que contribuye a sustituir la cultura de guerra por la cultura de paz y han de practicarla  los individuos, los grupos y los Estados.
¡¡Aquí es donde reside el problema!!  Corresponde esencialmente a los Estados  desarrollar y fomentar el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales de todos, sin distinciones por raza, género, lengua, origen nacional, religión o discapacidad, así como en el combate contra la intolerancia. Y no lo hacen. Los Estados deben de estar comprometidos con la justicia, luchar y erradicar los crímenes de odio y garantizar la igualdad de trato y oportunidades a todos los grupos e individuos de la sociedad, y evitar la discriminación, la exclusión y la marginación y la intolerancia religiosa, así como situaciones de rechazo diverso que a su vez conduce a la frustración, la hostilidad y el fanatismo, reconociendo que todas los personas y los grupos tienen derecho a ser diferentes y tienen igual dignidad y de derechos. Sin embargo también corresponde a todas las personas la responsabilidad,  como indica la Declaración, de fomentar que “la tolerancia y la inculcación de actitudes de apertura, escucha recíproca y solidaridad han de tener lugar en las escuelas y las universidades, mediante la educación extraescolar y en el hogar y en el lugar de trabajo. Los medios de comunicación pueden desempeñar una función constructiva, facilitando un diálogo y un debate libre y abierto, difundiendo los valores de la tolerancia y poniendo de relieve el peligro que representa la indiferencia al ascenso de grupos e ideologías intolerantes”.
Decía Jacques Delors que la educación encierra un tesoro a lo que debemos añadir que la educación para la tolerancia provee la esperanza de contrarrestar las influencias que conducen al temor y la exclusión de los demás y de ayudarnos a desarrollar un juicio independiente, pensamiento crítico y razonamiento ético. La educación es el medio más eficaz de prevenir la intolerancia, afirma la Declaración de Principios aprobada  por la Unesco, incidiendo que la  primera etapa de esta educación  “consiste en enseñar a las personas los derechos y libertades que comparten, para que puedan ser respetados y en fomentar además la voluntad de proteger los de los demás” y que la educación para la tolerancia ha de tener por objetivo “contrarrestar las influencias que conducen al temor y la exclusión de los demás, y ha de ayudar a los jóvenes a desarrollar sus capacidades de juicio independiente, pensamiento crítico y razonamiento ético”.
Los gobiernos no cumplen lo firmado aunque es un imperativo urgente y  por eso resulta necesario reivindicar “métodos sistemáticos y racionales de enseñanza de la tolerancia que aborden los motivos culturales, sociales, económicos, políticos y religiosos de la intolerancia, es decir, las raíces principales de la violencia y la exclusión. Las políticas y los programas educativos deben contribuir al desarrollo del entendimiento, la solidaridad y la tolerancia entre los individuos, y entre los grupos étnicos, sociales, culturales, religiosos y lingüísticos, así como entre las naciones”. La Tolerancia es necesaria entre las personas y los países,  en y entre las familias y  las comunidades. Resulta esencial fomentarla e inculcar actitudes de apertura, escucha recíproca y solidaridad y los medios de comunicación pueden desempeñar una función constructiva, facilitando un diálogo y un debate libres y abiertos, difundiendo los valores de la tolerancia y poniendo de relieve el peligro que representa la indiferencia al ascenso de grupos e ideologías intolerantes. Por eso, cuando más nos hace falta, en plena expansión de la mundialización del odio hay que poner de relieve los peligros de la intolerancia y reafirmar, porque resulta imprescindible,  el fomento de la defensa de este valor y de la no violencia, recordando su práctica por todos en el Día Internacional para la Tolerancia, ese día 16 de noviembre, solemnemente proclamado precisamente en el aniversario  de la creación de la Unesco.

Esteban Ibarra
Presidente de Movimiento contra la Intolerancia y

Secretario General del Consejo de Víctimas de Delitos de Odio

viernes, 22 de julio de 2016

22 Julio 2016 "Día Europeo de las Víctimas de los Crímenes de Odio"


En el Día Europeo de las Víctimas de los Crímenes de Odio, Movimiento contra la Intolerancia y el Consejo de Víctimas piden reforzar la legislación y mayor compromiso político ante la Mundialización de Odio
En este día de reflexión y lucha, instituido por el Consejo de Europa, que nos recuerda a los mártires de Oslo y Utoya (Noruega), 76 personas en su mayoría adolescentes que fueron masacradas y asesinados por un fanático neonazi (Breivick), y a todas las personas que sufren delitos de odio, las organizaciones Movimiento contra la Intolerancia y el Consejo de Víctimas pedimos una acción firme contra esta lacra mundial.
El ataque del fanático neonazi, motivados por el odio racista y homófobo del autor, que califico de traidores a sus víctimas por apoyar la inmigración y a los homosexuales, fue un ataque a la dignidad de la personas y a la universalidad de los derechos humanos. Sin embargo no fue un episodio único, pues hechos criminales de esta índole, de una manera u otra se han venido reiterando por fanáticos antisemitas, fanáticos yihadistas o fanáticos ultras, como nos han mostrado la barbarie en Paris, Orlando o Niza, entre otros crímenes terroristas y contra la humanidad, basados en el rechazo, la intolerancia hacia el diferente o a la diversidad humana
La MUNDIALIZACION DEL ODIO es una realidad trágicamente confirmada por crímenes basados en la xenofobia, el racismo, la intolerancia religiosa y hacia las minorías étnicas, la homofobia, el antisemitismo, la misoginia o el ultranacionalismo entre otras manifestaciones que niegan el valor de la dignidad humana y sus derechos a millones de personas por su diversidad. Parece como si la historia volviera hacia atrás y nos situara en los trágicos y horrendos años 30 del pasado siglo.
Estos peligrosos momentos requieren del compromiso de todos, de todas las personas a quienes nos dirigimos para formar un muro humano que impida el avance de ese tsunami que con la islamofobia como bandera en Europa o del nacionalismo excluyente y populismo exacerbado en América y de la intolerancia al diferente en cualquier parte del mundo, nos amenaza. Debemos frenar el avance de quienes quieren eliminar las conquistas de los derechos humanos conseguidas tras largos sufrimientos plasmados en persecuciones, asesinatos, guerras, genocidios y exterminio como el Holocausto, símbolo de la negación de la humanidad.
Los representantes y dirigentes políticos tienen en estos momentos una gran responsabilidad a nivel planetario, también los jueces y los medios de comunicación, y a ellos les reclamamos en esta fecha de memoria su compromiso a fondo en la protección de la víctima y en la prevención mediante la educación en valores democráticos, en especial la Tolerancia y la Paz, valores que se consagró la Carta de las Naciones Unidas. La sociedad puede y debe hacer mucho pero las instituciones tienen su poder delegado para que sean congruentes con este compromiso ético y cívico sobre el que se construye su función político-institucional.
En España y ante un posible comienzo de legislatura, pedimos a nuestros representantes que aprueben sin demora una LEY INTEGRAL CONTRA LOS DELITOS DE ODIO que prevenga y proteja a las víctimas. Al futuro Gobierno le requerimos un Plan de Acción y un compromiso internacional contra esta lacra en todos los ámbitos donde proyecte su actividad. Y mientras tanto, hasta que todo esto sea posible, llamamos a la ciudadanía a no bajar la vigilancia, sostener el compromiso y mantener la solidaridad con las víctimas.




jueves, 16 de junio de 2016

Manifiesto Día Internacional de Personas Refugiadas

LA MÚSICA ROMPE FRONTERAS- #VOCESPORELREFUGIO- 16 JUNIO- SEVILLA

MANIFIESTO

En el contexto de la conmemoración del Día Internacional de las Personas Refugiadas, el próximo 20 de junio, nos reunimos hoy  bajo el lema “La Música rompe fronteras”, para denunciar lo que es ya una realidad: Europa asiste, desmemoriada, a una gravísima crisis humanitaria olvidando el artículo 14 de la Declaración Universal de Derechos humanos que dice:
“En caso de persecución, toda persona tiene derecho a pedir asilo, y a disfrutar de el, en cualquier país.”
Hoy nuestras voces se unen para denunciar que hay millones de personas, refugiados e inmigrantes, gentes que huyen de la guerra o de la miseria, que buscan sobrevivir o vivir con esperanza, pero siempre y en cualquiera de los casos, personas con dignidad y derechos que no se respetan.
Más de 60 millones de personas en el mundo necesitan un espacio de protección, seguridad, libertad y respeto a los derechos humanos.  Ante ello, la Unión Europea, lejos de ser un ejemplo de solidaridad y facilitar la llegada segura y la correcta acogida de estas personas, se ha empeñado en cerrar fronteras e impedir, de facto, el derecho de asilo, incumpliendo sus propios acuerdos y su propia legislación. La Unión Europea ha impulsado acciones  que no solo  han provocado miles de muertes  sino también la apertura de otras vías más peligrosas y costosas para las personas que buscan refugio. Por tanto el Mediterráneo se ha convertido en la mayor fosa común, un mar donde han muerto más de 25.000 personas en los últimos 15 años. En lo que va de 2016, el Estado español solo ha acogido a 18 personas refugiadas de las 17. 000 a las que se comprometió para este año.
Además, el Acuerdo suscrito entre la Unión Europea y Turquía,  es de dudosa legalidad, tal como denuncia Amnistía Internacional y otras muchas entidades sociales,  contrario a los valores democráticos sobre los que se asienta la construcción europea.
A su vez asistimos a la proliferación de discursos de intolerancia y xenófobos que nada tienen que ver con los sentimientos y valores de la mayoría social europea. No hay nada más venenoso para la democracia que una idea que deshumanice a una persona. La intolerancia persigue quebrar el concepto mismo de humanidad, poniendo en marcha una narrativa que sistematiza la negación de la dignidad y derechos, la discriminación, la violencia, y el odio.
Por ello exigimos a las instituciones competentes:
o   Humanizar las políticas de asilo y migración,  poniendo en el centro a las personas y sus derechos, de manera que el principal objetivo sea salvar vidas, y asumir nuestra responsabilidad en su acogida. 
o   Retirar el acuerdo de la UE y Turquía
o   Respetar los derechos humanos en la frontera sur y en el resto de las fronteras europeas
o   Reforzar políticas contra el racismo, la xenofobia y la intolerancia que deslegitimen el discurso de odio,  y apuesten decididamente por la construcción de una convivencia basada en la Tolerancia  y el  Diálogo Intercultural
o   Cumplir el Acuerdo de septiembre de 2015 por el que España se comprometió a acoger a 17.000 personas, de las que solo han llegado 18.
Pero ¿se puede ser eficaz al abordar este problema sin plantear ir a las causas, entre ellas: las guerras y sus raíces?  El dilema está planteado ¿Solidaridad y Justicia o Barbarie? Y aunque la respuesta parezca obvia, conlleva apuestas complejas con más democracia, rechazo a la intolerancia y una respuesta internacional por la paz. Se hace imprescindible  por  tanto, un orden mundial democrático basado en los derechos humanos y en la dignidad intrínseca de la persona, tal y como reza en la Declaración Universal.  

Hoy la música es nuestra aliada para denunciar la mayor crisis humanitaria desde la II Guerra Mundial, y sirve de melodía a nuestras #vocesporelrefugio, que reivindican y apuestan por el compromiso de la ciudadanía con la solidaridad y la justicia para todas las personas que habitan este mundo.

miércoles, 15 de junio de 2016

Voces Por el Refugio


Europa no está haciendo bien sus deberes derivados de los compromisos humanistas. Asiste, desmemoriada, a una crisis humanitaria que definirá lo que somos. Millones de refugiad@s necesitan asilo en nuestra tierra. De las decisiones adecuadas de las autoridades públicas dependen la vida y la muerte de centenares de miles de personas, hombres, mujeres, niños y niñas. Miles de personas han perecido en el Mediterráneo, en esa ruta hacia esta tierra prometida que presume en su carta de derechos fundamentales de garantizar su seguridad.

Por tanto, exigimos que la política hacia los refugiados e inmigrantes, sea en primer lugar salvar vidas, estar a la altura de estas circunstancias históricas y asumir nuestra responsabilidad en su acogida, deslegitimar el discurso de odio y la narrativa que persigue criminalizar o sembrar miedos, sin fundamento, entre la población.

No hay nada más venenoso para la democracia que una idea que deshumanice a una persona. La intolerancia persigue quebrar el concepto mismo de humanidad, sistematizando la negación de la dignidad y derechos, la discriminación, la violencia, y el odio. Apuntalar la convivencia y reforzar, mediante acciones concretas el valor de la Tolerancia, entendida como aceptación, aprecio y respeto a la diversidad, propiciará un mayor bienestar para tod@s,

Por todo ello, os invitamos al concierto de entrada libre "La música rompe fronteras", el próximo 16 de Junio a partir de las 19.00 horas en el Parque de los Príncipes en Sevilla organizado por diversas entidades en torno al Día Internacional de l@s Refugiad@s. 

Varios artistas (Marwan, La Dstylería, Canijos Sin Fronteras, Sevilla Negra, Ruaruido y Lxs Sambonautas y Laura Ordóñez) unen sus voces junto a las de la ciudadanía para denunciar la mayor crisis humanitaria desde la II Guerra Mundial. Os animamos a uniros a este compromiso por la solidaridad y la justicia a través de las redes sociales con el hashtag #VocesPorElRefugio.

viernes, 8 de abril de 2016

Día Internacional del Pueblo Gitano


Hoy, 8 de abril, es un buen día para reconocer la valía y riqueza cultural de un pueblo junto con el que llevamos seis siglos escribiendo la historia de nuestra tierra. Más aún en el caso de Andalucía, donde se encuentra casi la mitad de la población gitana de toda España. Y en este reconocimiento, una vez más apostamos por el ejercicio de la tolerancia (aceptar, respetar y apreciar la diversidad humana) tan necesaria con la que entendemos que debemos de facilitar y fomentar un adecuado desarrollo de la propia identidad de la etnia gitana, así como el conocimiento intercultural. Sólo de esta forma será posible conseguir una verdadera convivencia en nuestra sociedad donde la inclusión de l@s ciudadan@s gitan@s y la interculturalidad sea una realidad.

Acorde con este compromiso rememoramos las palabras de Juan de Dios Ramírez Heredia en su discurso como diputado de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa: “… Es sólo cuando el hombre abre los ojos a otras fuentes de información, cuando la educación le proporciona posibilidades de elección, cuando puede decirse que comienza a franquear el umbral de la libertad. Los gitanos sabemos, que por nosotros mismos, difícilmente podremos salir del estado de marginación que sufrimos. La ayuda de los no gitanos nos es absolutamente necesaria. La solicitamos con la humildad de quien reconoce que se encuentra en malas condiciones, pero con la exigencia y el orgullo de quien se sabe igual a los demás en la dignidad y en el respeto”

Además, desde Movimiento Contra la Intolerancia nos sumamos a las reivindicaciones de este colectivo a través de sus asociaciones aprovechando esta fecha conmemorativa. Desde Sevilla, compartimos el manifiesto de FAKALI, Federación Andaluza de Mujeres Gitanas Universitarias, poniendo en valor su compromiso en la reivindicación del asociacionismo protagonizado por mujeres gitanas en la lucha por la promoción e inserción étnica de mayor relevancia e importancia en Andalucía.

"NO QUEREMOS LIMOSNAS, QUEREMOS JUSTICIA"

El 8 de abril se conmemora el Día Internacional del Pueblo Gitano. Esta fecha fue institucionalizada, junto a la bandera y el himno gitanos, en el Primer Congreso Mundial Gitano celebrado en Londres en 1971.
Con el objeto de seguir avanzando en la consecución de su ciudadanía plena y su reconocimiento institucional y cultural, la Federación Andaluza de Mujeres Gitanas Universitarias quiere compartir esta efeméride con la población gitana y no gitana de Andalucía en particular, y España y el mundo en general, denunciando la escalada de intolerancia y violencia que se está viviendo respecto al pueblo gitano y difundiendo y defendiendo una imagen distinta, alejada de prejuicios y estereotipos, y mucho más cercana a su realidad.
Nadie debe olvidar la lucha del pueblo gitano para cambiar la inercia de las políticas discriminatorias practicadas por los países miembros de la Unión Europea, en las que la crisis ha servido para reforzar aún más las estructuras racistas y discriminatorias.
Pero también tenemos el deber de luchar para que España no sea solo un país emblemático en teoría en la igualdad entre gitanos y no gitanos. Sino que tenemos que trabajar duro para que nuestros gobernantes y nosotros, como ciudadanía gitana, logremos alcanzar en la práctica el reconocimiento que nuestra cultura debe tener y que nunca ha tenido.
No solo no olvidamos, sino que ensalzamos la lucha que las mujeres gitanas protagonizan para colocar a su comunidad en el lugar que se merece a pesar de la invisibilidad y la desigualdad brutales a las que son sometidas a diario.
También tenemos presente el gran esfuerzo que han practicado los gitanos y las gitanas en el mundo, en Europa y en España para desarrollarse el triple sin las condiciones elementales ni tener aseguradas sus garantías básicas como ciudadanía de pleno derecho, partiendo desde mucha más distancia que el resto de los no gitanos.
Es la hora del pueblo gitano, sí o sí, para demostrar la contribución tan importante que ha hecho a Europa, España y especialmente Andalucía. En nuestra tierra, en muchos lugares, decir que eres gitano o gitana es casi un galardón. Porque hay muchos sitios donde la simbiosis cultural ha sido tan fuerte y tan importante que los payos han llegado a 'agitanarse' sin saber diferenciar lo gitano de lo andaluz. Pero, sin embargo, es en nuestra tierra, donde habita más de la mitad de la población gitana de España, donde se produce la dolorosa paradoja de ir a un colegio y comprobar que los alumnos y las alumnas ni siquiera saben quiénes somos los gitanos. Nos hacen invisibles. Y para muestra, un botón: en toda su historia democrática, después de nueve legislaturas, en el Parlamento de Andalucía no ha habido ni un solo gitano ni una sola gitana en sus escaños como cualquier otro ciudadano. Esta es una de las pruebas más directas y claras de la desigualdad y de la injusticia que hay detrás de esa infrarrepresentación gitana en las políticas gubernamentales y en los poderes públicos.

"La ciudadanía gitana no sólo puede ser representada por aquellas voces e imágenes que los racistas siempre quieren dar de nosotros y nosotras. No podemos ser objeto de la humillación de las televisiones en particular y los medios en general con el consiguiente descenso de la autoestima de nuestra cultura y la justificación de que los gitanos somos los ‘otros’, los forasteros. O los TRAPACEROS (quienes "con astucias, falsedad y mentiras procuran engañar a alguien en un asunto"), como violentamente y sin justificación alguna nos catalogan los más ilustrados y déspotas miembros de la RAE", mantiene Beatriz Carrillo de los Reyes, presidenta de FAKALI y AMURADI.

Desde la Federación Andaluza de Mujeres Gitanas Universitarias hacemos un llamamiento a la ciudadanía y a los poderes públicos para que luchen a nuestro lado, con nosotros y con nosotras, no sólo para defender la causa gitana sino para que nuestras sociedades sean más libres, democráticas y justas. Los gitanos no nos vamos a conformar ni nos vamos a resignar. La comunidad gitana no quiere limosna, sino justicia, que significa luchar codo con codo contra el racismo y la desigualdad que corroe las entrañas de nuestras sociedades y las pudre.

Sastipen Thaj Mestepen (Salud y Libertad)

lunes, 21 de marzo de 2016

Día Mundial Contra el Racismo



Es Andalucía, región construida en diversidad y pluralidad, el lugar idóneo para hacer esta declaración de principios, hoy 21 de Marzo, Día Internacional contra el Racismo, declarado por la Asamblea General de Naciones Unidas,  y que nos invita al compromiso colectivo para la erradicación de esta lacra social.

Fue un 21 de marzo de 1960, cuando la policía racista de Sudáfrica abatía a tiros a centenares de activistas que reivindicaban el fin del Apartheid, su libertad, sus derechos humanos y libertades fundamentales. Nelson Mandela pasó 27 años en prisión en su lucha incansable para la dignidad del pueblo Surafricano y su presidencia puso en valor, que la memoria es compatible con la concordia, y que una democracia solo es posible si todas las personas que habitan su territorio, ven sus derechos y libertades fundamentales protegidos y garantizados.

Nuestra carta magna es la fuente de principios fundamentales que apuntalan los valores de nuestra democracia, cuyo epicentro es la protección de la dignidad de las personas, con independencia de su origen étnico, de su procedencia o  cualquier forma de expresión de la condición humana.

Pero Europa no está haciendo bien sus deberes derivados de los compromisos humanistas alcanzados en 1945, asiste, desmemoriada, a una crisis humanitaria que definirá lo que somos. Millones de refugiad@s necesitan asilo en nuestra tierra. De las decisiones adecuadas de las autoridades públicas dependen la vida y la muerte de centenares de miles de personas, hombres, mujeres, niños y niñas. Demasiadas personas han perecido en el Mediterráneo, en esa ruta hacia esta tierra prometida que presume en su carta de derechos fundamentales de garantizar su seguridad.

Desde Andalucía, exigimos que la política hacia los refugiados e inmigrantes, sea en primer lugar salvar vidas, estar a la altura de estas circunstancias históricas y asumir nuestra responsabilidad en su acogida, deslegitimar el discurso de odio y la narrativa que persigue criminalizar o sembrar miedos, sin fundamento, entre la población.

No hay nada más venenoso para la democracia que una idea que deshumanice a una persona. El racismo y la intolerancia persiguen quebrar el concepto mismo de humanidad. Ponen en marcha una narrativa que sistematiza la negación de la dignidad y derechos, la discriminación, la violencia, y el odio.

El racismo cuando fluye en las redes sociales, en los medios de comunicación, o en cualquier forma de expresión produce violencia. Una violencia contra colectivos vulnerables, en forma de delitos de odio que, en el último informe de la Secretaria de Estado de Seguridad, recoge una mayor incidencia en aquellos de motivación racista. Además,  la lucha contra la islamofobia y otras formas  y manifestaciones de intolerancia es una prioridad moral que además mejora la seguridad colectiva.

Apuntalar la convivencia y reforzar, mediante acciones concretas el valor de la Tolerancia, entendida como aceptación, aprecio y respeto a la diversidad, propiciará un mayor bienestar para tod@s, en el que será menos probable la radicalización que conduzca a la violencia.

Todo lo que se haga será poco para hacer prevalecer la Tolerancia sobre el racismo, pero al menos reafirmamos nuestro compromiso en la lucha sin cuartel contra toda forma de intolerancia y a favor de reforzar y hacer reales los derechos humanos y fundamentales de todas las personas que viven en esta tierra.

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martes, 8 de marzo de 2016

8 de marzo, Día Internacional de la Mujer

La mujer, una historia reivindicando sus derechos 

Hoy 8 de marzo conmemoramos el día Internacional de la Mujer, declarado por la ONU hace solo 41 años (1975). Fueron distintos sucesos a lo largo del último siglo los que han derivado en la conmemoración que conocemos hoy, siendo el más simbólico el que se produjo el 25 de Marzo de 1911, cuando  mas de un centenar de mujeres murieron en el incendio de una fábrica donde trabajaban en precarias condiciones.
La historia de la mujer no es otra que la de su propia lucha. Una historia ninguneada, invisibilizada, desprovista de cualquier reconocimiento, por todo ello,  hoy, y siempre, es un buen día para rescatar y visibilizar la historia de muchas de ellas que vivieron y murieron por conseguir derechos que ni siquiera llegaron a disfrutar.
Sin obviar los avances conseguidos en cuanto a derechos y políticas que pretenden la igualdad, seguimos siendo víctimas de un sistema patriarcal  basada en una cultura machista que produce una violencia estructural y que normaliza la desigualdad, la discriminación, la misoginia y en su versión criminal, la violencia machista y el feminicidio.
Las mujeres seguimos siendo víctimas de multitud de manifestaciones articuladas desde un pensamiento machista, cosificadas en los medios de comunicación y publicidad, deshumanizadas, tratadas como objetos sexuales, principales víctimas de la guerra y lo pobreza, condicionadas por los estereotipos de género, oprimidas por la  exigencia estética, esclavas del hogar, victimas del menosprecio de las aptitudes intelectuales y/o de la continua protección y control como personas débiles, y  un sinfín de cargas impuestas por una sociedad y cultura sexista que nos condiciona por nuestro sexo y nos constriñe a perpetuar una determinada identidad de género aún limitada a ese papel servil con respecto al hombre.
Y un día como hoy no nos podemos olvidar de la mujer en el ámbito laboral. Sin desviar nuestra atención hacia los orígenes en el calendario de esta conmemoración, sí que hay que señalar la trayectoria y los antecedentes de lucha obrera que ha abanderado la mujer. En este sentido sí que existe consenso para reconocer que hoy recordamos las conquistas de los derechos laborales que a lo largo de nuestra historia se ha ido ganando con el sudor de las trabajadoras.
Sin embargo, los informes realizados constatan que el salario medio anual de los hombres es seis mil euros mayor que de las mujeres, lo que supone un 24 % de diferencia. Y es que, mientras siga imperando en nuestra sociedad la supremacía patriarcal será difícil romper en el ámbito profesional con esta brecha salarial o con el techo de cristal que nos mantiene aún muy alejad@s de conseguir esa igualdad por la que lucharon tanto nuestras antepasadas.
Avanzar hacia la Igualdad supone una toma de consciencia y  responsabilidad de todos y todas, y un compromiso en todos los ámbitos de nuestra sociedad,   prioritariamente desde la educación como pilar sustancial que sostiene nuestro sistema de valores, donde es fundamental incorporar una perspectiva de género e incidir en este aspecto de forma transversal, no basta sólo con tratar el tema una vez al año de forma ocasional y aislada.
Como recuerda Miguel Lorente, “sólo seremos lo que está previsto que seamos, salvo que rompamos con los mecanismos que determinan ese resultado. Y no es fácil cuando todo el engranaje funciona en el mismo sentido…  la cultura no deja apenas resquicios por donde introducir otras referencias. Y si por casualidad llegan a entrar, apenas tendrán oportunidad de integrarse como parte del conocimiento, pues como si fueran guardianes del orden dado, los estereotipos invaden el aire desde los juegos, las series de televisión, la publicidad, el cine... se encargan de abortar cualquier intento de modificación… Bajo estas circunstancias, la única posibilidad de modificar el "mensaje" tradicional pasa por la crítica y el rechazo al contenido histórico, y por la incorporación de nuevas referencias tras un proceso de reflexión crítica. Y si se quiere conseguir que la reflexión crítica sea generalizada en la sociedad, la única posibilidad de lograrlo en un tiempo breve es a través de la transmisión directa de nuevos conocimientos por medio de la educación”.

Por todo ello, el 8 de marzo se ha convertido en un momento de confluencia para reivindicar la igualdad de derechos, recordando así que aun no se ha alcanzado en ningún país del mundo. Por eso hoy, y siempre, apostamos por el feminismo, tan criminalizado y desacreditado, como antídoto ante la desigualdad para una  sociedad que ha de entender que “sin las mujeres, los derechos no son humanos”.