viernes, 4 de diciembre de 2015

“Acabo de darme cuenta de que soy negra”

Éste es el relato de una chica francesa y caboverdiana de 24 años y trabajadora social que lleva seis meses en España realizando prácticas como voluntaria a través del programa Erasmus Plus en una entidad social de Sevilla. Durante tan poco tiempo ha tenido que soportar varias manifestaciones de intolerancia racista, desde un trato discriminatorio por parte de la policía y de la administración, hasta recibir insultos y otros comentarios xenófobos en servicios públicos como un taxi o un restaurante.
Después de haber vivido estas situaciones en un periodo tan corto de tiempo, se ha sentido víctima de una parte de la sociedad que la ha señalado constantemente por su color de piel. Ante tanta impotencia por el trato recibido, expresa estos sentimientos con una carta dirigida a su madre:
Mama hace 6 meses que estoy aquí, en Sevilla.
Vivo con 6 personas en una grande casa con italianos, polacas, croata… me alegro de vivir con ellos.
Mama, hace 6 meses que trabajo en esta fundación. ¿Sabes que la fundadora ha vivido en África? Que se dice que ella fue bien acogida allí, que ha tenido este gran proyecto de crear esta fundación. Se dice que ella quería que los migrantes sean acogidos en esta ciudad como ella fue acogida allí.
Y yo, veo que todavía estamos lejos de este sueño que esta fundadora tenía para nosotros, como si este sueño desapareció.
Los usuarios son simpáticos conmigo. Nos entendemos entre migrantes, siempre me preguntan por qué he elegido de venir en España y además a Sevilla. Al principio, no entendía por qué ellos estaban tanto sorprendidos. Ahora entiendo…
Mama, hace 6 meses que tengo la impresión de vivir lo que has vivido cuando hemos llegado juntas a Francia, que entiendo mejor porque llorabas todo el tiempo cuando escuchabas nuestra música “di Terra” porque llorabas cuando se hablaba de nuestra gente que hemos dejado allí. Estoy viviendo esta “Sodade Caboverdiana” que Cesaría Évora y Bonga cantaban con tanta tristeza.
Ahora, siento este dolor que seguramente sentías en tu corazón.
¿Por qué? Porque estoy lejos de vosotros y sobre todo porque sufro del racismo.
Mama, has sufrido, has sufrido mucho. No, has sufrido demasiado. Porque no lo merecía.
Mama, antes de irme por aquí, me dijiste de tener cuidado. Porque uno dice que España es diferente de Francia. Que aunque en Francia todavía hay muchas cosas que se tienen que mejorar, la situación parecía todavía complicada en España. Que los inmigrantes no son tratados como aquí en Francia, que se tiene que luchar mucho más para obtener un poco de dignidad y de respecto.
Mama, aquí hay gentes que me han tratado como si fuera un ser humano inferior. Mi vida parece como una lucha sin fin. Tengo que luchar contra ellos para que me respecten, tengo que luchar para que los demás se den cuenta que el racismo es una agresión que te destruye poco a poco, tengo que luchar contra mí misma para no volver loca, para no odiarles y hacer generalizaciones.
Estoy un poco celosa de mis compañeros a quien le encantan esta ciudad. Hubiera gustado tener el mismo encanto…
Mama me dijiste que nadie puede odiarme, pero aquí hay gente que me odian. ¿Por qué? No sé. Acabo de darme cuenta que soy negra. Que puedo hacer todos los esfuerzos del mundo, aprender el castellano, aprender la sevillana hasta morir, ellos seguirán odiarme y considerarme como la “chica negra”.
Estoy dándome cuenta cuanto difícil puede ser el camino de un africano/a para encontrar una vida “normal”. Dejar su país sin fecha de vuelta, llegar en Europa e empezar una lucha sin descanso para buscar la vida.
Me he callado mama. Porque uno me dijeron que tengo que aguantar estos tratamientos porque “la gente es así”. Pero ahora no puedo callarme más… este camino que has hecho, el camino que millones de inmigrantes hicieron y hacen ahora mismo merece el respecto.
Mama sé que estas llorando leyendo esta carta llena de tristeza. Que no vas aguantar de saber que no me siento bien. Que no vas a entender porque todavía estoy aquí, viviendo lo que has vivido, esta “vida di imigranti”.
Tampoco no sé, pero siento que tengo que hacer algo aquí. Me gustaría que por lo menos una persona se acuerde de mí como la persona que nunca a ha aceptado que el odio de los demás sea algo normal.
Me gustaría que por lo menos una persona se acuerde de mi como la chica que pensaba que la integración y el apoyo de los migrantes empezará de verdad cuando la “tierra de acogida” dejara de vernos como los responsables de la “crisis europea”, cuando respectará nuestra historia de vida tan dura y nuestra decisión de haber abandonado todo para buscar una vida mejor, cuando se respectará los esfuerzos que hacemos para integrarnos.
Mama, después de 6 meses lejos de ti puedo decirte eso:
No me odies, porque estoy buscando la vida…
Ne me déteste pas, car je viens chercher une vie meilleure …

Ka bu faltam asi, pamodi n’sta li pa busca nha vida …