miércoles, 23 de diciembre de 2015

Unid@s sembrando Tolerancia


Se acerca el final del año, así como se cumplen tres meses desde el inicio de este curso 2015/16, y desde Movimiento Contra la Intolerancia hemos pisado fuerte con nuestras actividades durante este trimestre haciendo del valor de la Tolerancia el eje central de nuestro trabajo allá por donde hemos pasado.
Durante este arranque del curso escolar hemos finalizado ya nuestro recorrido en varios institutos, con grupos de Educación Secundaria y de Formación Profesional Básica, educando para la Tolerancia; jornadas de trabajo sobre el valor y el respeto a la diversidad, la interculturalidad… identificando y neutralizando estereotipos y prejuicios que alimentan diferentes manifestaciones de intolerancia y odio como, la xenofobia, el racismo, la Islamofobia… Aplaudimos y agradecemos la participación de estos centros educativos, con un hasta pronto y con el compromiso de la continuidad del trabajo por y para la Tolerancia.
Por un lado nos hemos encontrado a un alumnado muy abierto a la reflexión y a la participación, que conocen el valor de la Tolerancia, con el que además de aproximarnos a conceptos importantes como los valores democráticos o las formas y manifestaciones de intolerancia, hemos podido desmontar prejuicios y estereotipos cruciales para la educación intercultural. Pero por otro lado también hemos constatado como el discurso de intolerancia está presente en la escuela, y cala en la mente de los más jóvenes. El mensaje populista está alimentándose cada vez más, y lo está haciendo a costa de algo tan fundamental como es el “reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana” tal y como se recoge en la Declaración Universal de los Derechos Humanos desde hace ya setenta años. La exteriorización de actitudes intolerantes, especialmente racistas y xenófobas, constatable en estos días en paralelo a los últimos acontecimientos relacionados con l@s refugiad@s, desgraciadamente parece que va en aumento, por no hablar del auge de la islamofobia.
Como siempre, denotamos que el desconocimiento y la ignorancia está siendo la gran aliada de la intolerancia, y más aún cuando lo que consideramos nuestras fuentes de información nos están bombardeando con constantes mensajes que activan sentimientos de desconfianza y de miedo ante “lo que viene de fuera”, “los otros”. Por lo tanto es necesario abordar el fenómeno de la intolerancia de manera integral,  ya que tales actitudes conllevan en  la mayoría de los casos, una predisposición a la violencia que se proyecta en los ámbitos habituales de socialización de menores y jóvenes: colegios, institutos, zonas de ocio durante los fines de semana y entornos deportivos.
En definitiva, es fundamental desplegar diversas estrategias preventivas que neutralicen el problema en su raíz, siendo una de ellas la intervención en el campo de la educación, de la escuela, como espacio privilegiado para la sensibilización del colectivo juvenil, dotándole de un sistema defensivo ante la Intolerancia y el Odio, desarrollando un medio cultural que impida su avance e impulse entre los jóvenes una conciencia de implicación, participación y responsabilidad en la construcción de una sociedad democrática.
Los más jóvenes tienen ante sí una doble perspectiva: SOLIDARIDAD o INTOLERANCIA. Muchos han apostado valientemente por ser parte de la solución y no del problema. No es fácil la encrucijada que les ha tocado vivir. La generación del nuevo milenio se va a encontrar con un panorama extraordinariamente más duro que los que se han encontrado ninguna de las generaciones anteriores y a pesar de ello, puede ser la protagonista del más espectacular cambio de civilización de la historia humana. Pero para ello, es necesario, SER PARTE ACTIVA, no pasar, no huir; «Nadie comete error más grave que quien no hace nada porque piensa que puede hacer muy poco». La segunda condición supone la utilización del conocimiento, de la inteligencia de la generación más culta que ha producido nuestra civilización, bajo una virtud fundamental: LA SOLIDARIDAD, la empatía hacia el otro. La tercera y definitiva, la VALENTÍA CÍVICA que exige alzar la voz por una causa, por las víctimas de la injusticia... La Intolerancia se extiende y nuestro objetivo ha de ser desactivarla. 
Por eso nuestro empeño en el ámbito educativo es constante, pero no es aislado. Desde MCI hemos conseguido sembrar esa semilla en muchos otros ámbitos: en la calle, en las tan presentes redes sociales o en las instituciones y organizaciones con las que trabajamos de forma conjunta para hace reflexionar e invitar a cada vez más personas a unirse a la mejor de las luchas, la de la Tolerancia.





viernes, 18 de diciembre de 2015

18D Día Internacional del Migrante

#SOYMIGRANTE



Hoy, 18 de diciembre, celebramos el Día Internacional del Migrante, y lo queremos hacer reconociendo el derecho que tienen todas las personas a desplazarse a otro país y a buscar una vida mejor. Desde MCI queremos aprovechar este reconocimiento para dignificar la vida de estas personas que además de buscar nuevas oportunidades en otros lugares, nos brindan la oportunidad de construir sociedades más diversas, y por lo tanto más ricas. Por eso, nuestro compromiso sigue y seguirá siendo abogar por una sociedad más abierta e intercultural, donde el vínculo entre culturas pase de ser un reto a una realidad.

Compartimos el mensaje que lanza Nacionaes Unidas a propósito de la celebración de este día:

«En este Día Internacional del Migrante, comprometámonos a dar respuestas coherentes, amplias y basadas en los derechos humanos, guiándonos por la legislación y las normas internacionales y un empeño compartido en no dejar a nadie atrás.»
Mensaje del Secretario General, Ban Ki-moon en el Día Internacional del Migrante

jueves, 10 de diciembre de 2015

“Nuestros derechos. Nuestras libertades. Siempre”

10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos
70 años del reconocimiento de la libertad y la igualdad en derechos y dignidad del ser humano
El 24 de octubre de 1945, a raíz de la Segunda Guerra Mundial, las Naciones Unidas nació como una organización intergubernamental con el propósito de salvar a las generaciones futuras de la devastación de conflictos internacionales. Representantes de las Naciones Unidas de todas las regiones del mundo adoptaron formalmente la Declaración Universal de Derechos Humanos el día 10 de diciembre de 1948. Es el documento más universal de los derechos humanos en existencia y describe los treinta derechos fundamentales que constituyen la base para una sociedad democrática.

Este documento supuso conceptualizar a nivel universal la igualdad y el reconocimiento del valor inalienable de cualquier ser humano y la protección de su vida y de su dignidad sea cual sea su condición, libre de discriminación, desigualdad o distinción de cualquier índole. “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos” (Art. 1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos).

Todos los Estados han ratificado al menos uno, y el 80% de los Estados han ratificado cuatro o más de los tratados fundamentales de derechos humanos, lo que refleja el consentimiento de los Estados que crea obligaciones legales para ellos y dar expresión concreta a la universalidad.
Sin embargo, estamos en un momento clave para reafirmar el valor de de estos principios universales, no sólo por parte de los Estados, sino por parte de nuestras sociedades para continuar la lucha y conquistar esos derechos y libertades en todos los lugares del mundo.

Por este motivo, Movimiento Contra la Intolerancia mantiene su apuesta firme por la universalidad de estos Derechos Humanos, y en este compromiso es clave la “comprensión, la TOLERANCIA, y la amistad de todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos” tal como se refleja en el Art. 26 de la Carta de las Naciones Unidas.

Es fundamental que la ciudadanía se construya en base a una ética cívica universal, de tal forma que las personas se sientan seguras ante los demás y se reconozcan en cualquier parte del mundo, correspondiendo a los Estados y a las instituciones internacionales su garantía, así como a la sociedad observar su cumplimiento. Recordando siempre, que bajo esta ética cívica universal la referencia debe ser el respeto a la Dignidad Humana, y con ello el reconocimiento de sus atributos de Libertad, Igualdad, Solidaridad, Justicia y TOLERANCIA.



viernes, 4 de diciembre de 2015

“Acabo de darme cuenta de que soy negra”

Éste es el relato de una chica francesa y caboverdiana de 24 años y trabajadora social que lleva seis meses en España realizando prácticas como voluntaria a través del programa Erasmus Plus en una entidad social de Sevilla. Durante tan poco tiempo ha tenido que soportar varias manifestaciones de intolerancia racista, desde un trato discriminatorio por parte de la policía y de la administración, hasta recibir insultos y otros comentarios xenófobos en servicios públicos como un taxi o un restaurante.
Después de haber vivido estas situaciones en un periodo tan corto de tiempo, se ha sentido víctima de una parte de la sociedad que la ha señalado constantemente por su color de piel. Ante tanta impotencia por el trato recibido, expresa estos sentimientos con una carta dirigida a su madre:
Mama hace 6 meses que estoy aquí, en Sevilla.
Vivo con 6 personas en una grande casa con italianos, polacas, croata… me alegro de vivir con ellos.
Mama, hace 6 meses que trabajo en esta fundación. ¿Sabes que la fundadora ha vivido en África? Que se dice que ella fue bien acogida allí, que ha tenido este gran proyecto de crear esta fundación. Se dice que ella quería que los migrantes sean acogidos en esta ciudad como ella fue acogida allí.
Y yo, veo que todavía estamos lejos de este sueño que esta fundadora tenía para nosotros, como si este sueño desapareció.
Los usuarios son simpáticos conmigo. Nos entendemos entre migrantes, siempre me preguntan por qué he elegido de venir en España y además a Sevilla. Al principio, no entendía por qué ellos estaban tanto sorprendidos. Ahora entiendo…
Mama, hace 6 meses que tengo la impresión de vivir lo que has vivido cuando hemos llegado juntas a Francia, que entiendo mejor porque llorabas todo el tiempo cuando escuchabas nuestra música “di Terra” porque llorabas cuando se hablaba de nuestra gente que hemos dejado allí. Estoy viviendo esta “Sodade Caboverdiana” que Cesaría Évora y Bonga cantaban con tanta tristeza.
Ahora, siento este dolor que seguramente sentías en tu corazón.
¿Por qué? Porque estoy lejos de vosotros y sobre todo porque sufro del racismo.
Mama, has sufrido, has sufrido mucho. No, has sufrido demasiado. Porque no lo merecía.
Mama, antes de irme por aquí, me dijiste de tener cuidado. Porque uno dice que España es diferente de Francia. Que aunque en Francia todavía hay muchas cosas que se tienen que mejorar, la situación parecía todavía complicada en España. Que los inmigrantes no son tratados como aquí en Francia, que se tiene que luchar mucho más para obtener un poco de dignidad y de respecto.
Mama, aquí hay gentes que me han tratado como si fuera un ser humano inferior. Mi vida parece como una lucha sin fin. Tengo que luchar contra ellos para que me respecten, tengo que luchar para que los demás se den cuenta que el racismo es una agresión que te destruye poco a poco, tengo que luchar contra mí misma para no volver loca, para no odiarles y hacer generalizaciones.
Estoy un poco celosa de mis compañeros a quien le encantan esta ciudad. Hubiera gustado tener el mismo encanto…
Mama me dijiste que nadie puede odiarme, pero aquí hay gente que me odian. ¿Por qué? No sé. Acabo de darme cuenta que soy negra. Que puedo hacer todos los esfuerzos del mundo, aprender el castellano, aprender la sevillana hasta morir, ellos seguirán odiarme y considerarme como la “chica negra”.
Estoy dándome cuenta cuanto difícil puede ser el camino de un africano/a para encontrar una vida “normal”. Dejar su país sin fecha de vuelta, llegar en Europa e empezar una lucha sin descanso para buscar la vida.
Me he callado mama. Porque uno me dijeron que tengo que aguantar estos tratamientos porque “la gente es así”. Pero ahora no puedo callarme más… este camino que has hecho, el camino que millones de inmigrantes hicieron y hacen ahora mismo merece el respecto.
Mama sé que estas llorando leyendo esta carta llena de tristeza. Que no vas aguantar de saber que no me siento bien. Que no vas a entender porque todavía estoy aquí, viviendo lo que has vivido, esta “vida di imigranti”.
Tampoco no sé, pero siento que tengo que hacer algo aquí. Me gustaría que por lo menos una persona se acuerde de mí como la persona que nunca a ha aceptado que el odio de los demás sea algo normal.
Me gustaría que por lo menos una persona se acuerde de mi como la chica que pensaba que la integración y el apoyo de los migrantes empezará de verdad cuando la “tierra de acogida” dejara de vernos como los responsables de la “crisis europea”, cuando respectará nuestra historia de vida tan dura y nuestra decisión de haber abandonado todo para buscar una vida mejor, cuando se respectará los esfuerzos que hacemos para integrarnos.
Mama, después de 6 meses lejos de ti puedo decirte eso:
No me odies, porque estoy buscando la vida…
Ne me déteste pas, car je viens chercher une vie meilleure …

Ka bu faltam asi, pamodi n’sta li pa busca nha vida …